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Beso a beso: la historia detrás de la muestra de amor más común del mundo


Los besos son una forma incuestionable de expresar afecto entre los seres humanos. Una mamá besa a su bebé desde que es un pequeño bebé, una pareja adolescente toca sus labios por primera vez, dos desconocidos enredan sus lenguas en una noche de pasión, un matrimonio se saluda cariñosamente una mañana. Todos los seres humanos se besan, pero ¿saben la historia detrás de esta muestra de amor?

Al parecer, las primeras evidencias de besos en la historia datan de hace 2500 o 3000 años. Aparece registro de ellos en algunos textos de la antigua India. Según detallan, los lagrimales tienen glándulas que huelen distinto en cada persona. Por eso, las personas se olían entre ellas y, para hacerlo, pasaban sus narices por las mejillas. Eso hacía que sus caras estén pegadas y que sus labios se encuentren, sellándose en un beso.

Otros estudios ven a los romanos como la primera cultura besadora. Los besos corrían por doquier. Según indican, tenían incluso distintos tipos de besos, llamando “savium” (derivado de la palabra “saliva”) a lo que hoy se conoce como un beso con lengua.

El antropólogo Vaughn Bryant indica que al besarse, las personas perciben tres sensaciones principales: la sensación del tacto a través de los labios, que tienen más terminaciones nerviosas que en ningún otro lugar del cuerpo, a excepción de algunas zonas genitales; el gusto, cada persona tiene un gusto único; y luego el olor.

Otra estudiosa del beso es Sheril Kirshenbaum, autora del libro “La ciencia del beso”. La escritora afirma que existen muchas teorías de por qué besamos. “De pequeños, al ser besados por nuestros padres, se produce mucha estimulación a través de los labios, por eso terminamos asociando los besos a emociones positivas, como amor y seguridad”, consideró.

Sea como sea, besar es una de las tantas formas que tiene el ser humano de conectar con otras personas, de querer y sentirse querido.