Al menos cinco heridos fue el saldo que dejó un ataque con cohetes contra la embajada estadounidense en Bagdad, mientras otros cuatro misiles cayeron en las cercanías de la legación diplomática, en medio de una escalada de tensión en Medio Oriente desde principios de enero.
Una fuente del Ejército iraquí con rango de capitán aseguró que uno de los cohetes impactó en el edificio de la embajada estadounidense y causó heridas a al menos cinco personas, cuyas nacionalidades se desconocen.
La fuente militar agregó que tras el ataque, ocurrido anoche, la seguridad de la embajada reforzó su presencia en las inmediaciones del edificio, al tiempo que aviones de Estados Unidos sobrevolaron durante horas la Zona Verde, donde se encuentra la mayoría de las embajadas y las sedes gubernamentales.
Numerosos proyectiles impactaron en el perímetro de la Zona Verde o en sus alrededores en las pasadas semanas, y este representa el tercer ataque desde principios de enero, en medio de una escalada de tensión entre Washington y Teherán tras la muerte del poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní en Bagdad el 3 de este mes.
Washington responsabiliza de las acciones contra sus intereses en suelo iraquí a las milicias iraquíes respaldadas por Irán, a las que acusa de haber perpetrado el ataque que mató a un contratista estadounidense el pasado 27 de diciembre en el norte de Irak.
El primer ministro dimisionario y comandante de las Fuerzas Armadas, Adel Abdelmahdi, condenó el lanzamiento de los misiles que «cayeron dentro del recinto de la embajada norteamericana» y ordenó a las fuerzas de seguridad iraquíes que investiguen los hechos, dijo en un comunicado citado por la agencia de noticias EFE.
«Hemos ordenado a nuestras fuerzas que desplieguen, busquen e investiguen para evitar la repetición de tales ataques, y que arresten a quienes dispararon estos cohetes para que puedan ser castigados en los tribunales», aseguró.
Asimismo, calificó el ataque de «acto irresponsable y unilateral», aunque sin atribuírselo a nadie.
Abdelmahdi, que ya ha condenado en otras ocasiones otros ataques similares, aseveró que estos actos tienen «graves repercusiones» que podrían «arrastrar a Irak a ser un campo de batalla, especialmente en un momento en que el gobierno inició procedimientos para implementar la decisión de la Cámara de retirar las fuerzas extranjeras del país».
Tras la muerte de Soleimaní en un bombardeo selectivo en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Bagdad, el Parlamento iraquí aprobó una moción para solicitar al Ejecutivo la retirada de tropas extranjeras de Irak.