Avances en el tratamiento del Linfoma de Hodgkin


El tratamiento del linfoma de Hodgkin constituye un caso de éxito terapéutico en la historia de la oncohematología, ya que entre el 70 y el 80% de los pacientes se cura con el abordaje convencional inicial de poliquimioterapia, sin embargo, existe un 20 o 25% de personas que experimenta recaídas y un 5% que no responde a las terapéuticas.
Los linfomas son enfermedades oncohematológicas que afectan al sistema linfático, compuesto por los ganglios y una red de vasos que los conectan. Los ganglios forman parte del sistema inmunológico del organismo y están distribuidos por todo el cuerpo.
En el linfoma de Hodgkin, cualquiera de estos signos tiene que llevar a sospecharlo: agrandamiento o hinchazón de uno o más ganglios linfáticos en cuello, axila o ingle, fiebre prolongada, sudoración profusa durante la noche y pérdida involuntaria de peso.
De acuerdo con estadísticas internacionales, cada año se presentan entre 2,5 y 3 casos nuevos de linfoma de Hodgkin cada 100 mil habitantes, lo que en Argentina representaría algo más de mil nuevos casos anuales y la mayor frecuencia se da en adolescentes y adultos jóvenes (entre los 15 y 40 años, pero con una mayor concentración entre los 25 y los 30) y en adultos mayores de 55 años.
Afortunadamente, se abre un nuevo panorama para los pacientes que no responden a las terapéuticas a partir de los resultados alentadores de una nueva combinación que demostró reducir un 41% el riesgo de muerte y un 32% el riesgo de progresión de la enfermedad.
Los resultados corresponden a un estudio de fase 3 llamado ECHELON-1, que comparó cabeza a cabeza el uso de brentuximab vedotin asociado a un esquema quimioterápico tradicional (AVD – adriamicina, vinblastina y dacarbazina) versus el tratamiento estándar ABVD (mismo esquema que AVD, pero con el agregado de bleomicina) en 1.334 pacientes con diagnóstico de linfoma de Hodgkin clásico en estadio avanzado y sin tratamiento previo.
El grupo que recibió brentuximab vedotin logró alcanzar una sobrevida global a 6 años del 93,9% contra un 89,4%, y una sobrevida libre de progresión del 82,3% frente al 74,5% del esquema terapéutico tradicional en pacientes con su condición en estadio avanzado.
«Siempre es un motivo de alegría para los especialistas saber que contamos con nuevas estrategias terapéuticas para aquellos casos no respondedores», señaló la doctora  Carolina Mahuad, médica hematóloga, miembro del Servicio de Hematología del Hospital Alemán.
La especialista explicó además: «Si bien hoy contamos con un muy bien estándar de tratamiento del linfoma de Hodgkin, la disponibilidad de brentuximab vedotin (BV) puede ser de gran ayuda para tratar dos tipos de pacientes: por un lado, personas jóvenes con diagnóstico de linfoma de Hodgkin y factores de mal pronóstico que desean preservar su fertilidad, condición que suele afectarse con el esquema intensivo tradicional».
«Por el otro, aquellos mayores de 60 o 65 años que por sus condiciones de salud suelen ser muy susceptibles a la toxicidad de la terapia estándar. Entre otras condiciones médicas, integrarían este grupo, aquellas personas con EPOC, problemas respiratorios o cardiopatías», añadió la médica.
En tanto, indicó que los síntomas no son específicos de los linfomas, por lo cual es muy importante que, ante su aparición, la persona consulte a su médico de cabecera para ser evaluado adecuadamente.  .
Por su lado el doctor Martín Hutchings, médico Oncohematólogo, Consultor Senior del Departamento de Hematología del Hospital Universitario de Copenhague y uno de los investigadores del estudio ECHELON-1, indicó: «Fue el primer estudio que demostró una sobrevida global significativamente mayor comparada con el ABVD, al reemplazar la bleomicina por brentuximab vedotin».
«Esta mejora se vio en los grupos de todas las edades y riesgos. La reciente actualización del estudio Echelon-1 presenta datos maduros de sobrevida que demuestran un importante beneficio en sobrevida global y en sobrevida libre de progresión comparada con el habitual de ABVD. Esto significa que más pacientes con esta enfermedad tendrán la posibilidad de curarse, y sin el riesgo añadido de regímenes altamente intensivos», añadió el Dr.
Hutchings.
La sobrevida libre de progresión es el tiempo que transcurre desde la entrada del paciente al estudio hasta que se detecta la progresión de la enfermedad, mientras que la sobrevida global es el tiempo que transcurre desde la entrada del paciente al estudio hasta su muerte. Ambas constituyen una forma de evaluar la eficacia de un tratamiento nuevo en un estudio clínico.
La Dra. Marta Zerga, médica Hematóloga y Directora del Área Médica del Instituto de Oncología Ángel Roffo –UBA, indicó: «Tratado en sus estadios iniciales, la cura del linfoma de Hodgkin puede llegar al 90%. No obstante, sabemos que existe un grupo de pacientes que no responderá a la terapia inicial».
«Entonces, resulta crucial tratar de reconocer precozmente a estos individuos refractarios primarios y a aquellos con probabilidades de recaer, a fin de poder instrumentar en ellos estrategias terapéuticas más eficaces», agregó.