Esta excelente ajedrecista ucraniana, doble campeona mundial, no dudó ni un momento sobre las consecuencias que podía tener su negativa a participar del evento que se llevó a cabo en Arabia Saudí a fin de diciembre pasado. Expresó: “Estoy dispuesta a defender mis principios y saltarme el evento”. Por esa razón perdió sus dos títulos.
En las redes sociales manifestó: “En pocos días perdí mis dos títulos mundiales, uno a uno. Solo porque decidí no ir a Arabia Saudí, por no jugar con las reglas de otros, por no llevar abaya, por no tener que ir acompañada cuando estuviera en la calle y, en resumen, por no sentirme una criatura secundaria”.
Si bien se había concedido permiso para que las mujeres pudieran jugar sin la hiyad (velo islámico) si se les obligaba a vestir de una manera estipulada (traje pantalón azul marino o negro y blusa blanca de cuello alto).
Anna contó, en una charla con BBC Mundo, que se informó sobre la situación que viven allí las mujeres y al notar como se violan sus derechos y decidió que era inaceptable participar. También agregó en esa entrevista «Nunca me he arrepentido. Creo que fue lo correcto». Para terminar aclaró: «No tengo nada en contra de ese país. Cuando las mujeres se sientan cómodas, estaré encantada de jugar al ajedrez allí».
No sólo perdió sus títulos sino que se quedó sin un premio que ascendía a US$2 millones para la ganadora ofrecido por los promotores sauditas, muy superior al de ediciones anteriores. Sin embargo no le importó reconoció que fue una decisión muy dura ya que sabía que de no acudir perdería títulos y mucho dinero pero no quería cambiar su postura en defensa de los derechos de las mujeres. Además esta joven que tiene apenas 28 años se ha convertido en la imagen de la lucha contra la discriminación y se dedica a dar charlas en pro de la igualdad.