Los murciélagos de la especie Rhinolophus Affinis, muy común en China y el sureste asiático, se han vuelto los principales sospechosos del origen del coronavirus, debido a un análisis comparativo del genoma del virus, hecho en Italia y publicado en el Journal of Medical Virology.
Los Rhinolophus Affini ya eran sospechosos desde el 23 de enero, cuando el Instituto de Virología de Wuhan lanzó el primer identikit genético de coronavirus 2019-nCoV.
«El domingo pasado descargamos los seis genomas de coronavirus contenido en las bases de datos Gisaid y Genbank y buscamos secuencias similares en bases a datos públicos», dijo el coordinador de la investigación, el experto en bioinformática Federico Giorgi, del Departamento de Farmacia y Biotecnología de Universidad de Bologna, informó ANSA.
El análisis también indica que el virus está cambiando muy lentamente porque todos los coronavirus humanos secuenciados hasta ahora «son muchos, similares entre sí, incluso si provienen de diferentes regiones de China y del mundo», hasta el punto de superponerse a más de un 99%. Esto significa, señaló Giorgi, que «el virus no es muy heterogéneo y cambiante» y eso implica que «es posible una terapia farmacológica, que debería funcionar en todos».
Igualmente, el material genético del coronavirus muestra «un alto grado de variabilidad». Aprender más es el próximo objetivo, agregó.
El equipo de Bologna también descubrió que el genoma del coronavirus en humanos comparte el 96,2% de sus activos genéticos con el del murciélago Rhinolophus Affinis, cuya secuencia se había obtenido en 2013 en la provincia china de Yunnan.
Definitivamente, sostiene el equipo científico, es más bajo al 80,3% del parecido al virus Sars (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), la enfermedad también causada por coronavirus que apareció en 2002-2003.
Es el segundo análisis genético más grande publicado hasta ahora, tras un primer árbol genealógico de coronavirus que en la revista Lancet comparó 10 genomas.
En el trabajo ya han aumentado a 56 y desde el domingo 2 de febrero hasta la fecha, las secuencias publicadas se han convertido en 74. También están los del coronavirus aislados de dos turistas chinos hospitalizados en Roma, en el Instituto Spallanzani.
Ninguna secuencia, en cambio, hasta ahora llegó de Africa y Sudamérica.
No hay idea de como el animal podría haberlo transmitido al hombre. Acaso, por intermedio de otro animal, o por una mordedura directa. Según Giorgi, por el momento «no hay evidencia de un posible invitado en la cadena».