El acceso al agua potable es un derecho humano esencial, pero desde el 24 de enero pasado también es ley en la provincia de Santa Fe. La ley 13.935 publicada en el Boletín Oficial de dicho día por el gobierno de la provincia de Santa Fe dispone que todos los asistentes a los bares y restaurantes de la provincia tienen derecho a recibir agua potable, libre y gratuita si así se desea.
La ley también determina que en todas las oficinas públicas dependientes del Estado provincial deberá tener bebederos u otro dispositivo de acceso gratuito al agua de red, tanto para los trabajadores, como para quienes asistan a esos lugares. La autoridad de aplicación es el Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe.
La iniciativa de la Cátedra del Agua de la UNR es inédita para la Argentina y para América Latina y causó gran inquietud a nivel internacional. El director de la Cátedra del Agua, Aníbal Faccendini, dialogó con CLG y explicó de qué se trata esta nueva ley que ya se puso en vigencia.
“Si bien todavía hay que reglamentarla, en toda la provincia donde haya agua potable el comensal puede exigir en todos los bares y restaurantes que le den agua potable, ya sea en jarra, botellón o vaso”, señaló Faccendini.
“Como cátedra queremos que la gente tenga posibilidad de elegir desmercantilizadamente la jarra de agua, la libertad de tomar agua libre y gratuita cuando se está consumiendo algo en un bar o restaurante porque aparte influye en el derecho humano de la salud porque, por ejemplo, alguien que tiene hipertensión, no puede tomar el agua que tiene sodio, como las aguas minerales o gaseosas”, agregó.
El inicio
Esta ley se empezó a gestar cuando Aníbal Faccendini y Leonardo Boff publicaron en el año 2010 una investigación sociológica, jurídica y ambiental, conocida como el Manifiesto de Rosario del agua. Tras esta publicación, en 2011 diferentes organizaciones realizaron el Pacto Público del agua en América Latina. “Esta construcción que termina en el Derecho de Jarras de Agua, agua potable, libre y gratuita en la situación de las personas en la urbanidad, fue un proceso colectivo”, explicó Faccendini.
“Nace como una cuestión de tres facetas. Primero, con una faceta pública, urbana, de cómo lográbamos que la gente accediera a agua potable, libre y gratuita en situaciones de urbanidad cuando se está en un parque con y necesitábamos que se garantice el derecho de jarra para que la gente pueda tomarla sin tener que mercantilizarla”, añadió el director de la Cátedra del Agua. En ese sentido, la Cátedra logró que la ciudad de Rosario coloque cerca de 100 bebedores de agua potable en diferentes lugares.
Rosario, el puntapié
El Derecho de Jarras rige en Rosario desde el año 2015. La ordenanza 9.465 establece la obligatoriedad de poner agua potable a disposición de los consumidores en locales gastronómicos, bares y restaurantes habilitados.
“Veíamos que la gente en situación de consumo en varios restaurantes no podía acceder al derecho humano al agua sin tener que abonar nada, entonces teníamos que pensar cómo hacíamos para evitar la mercantilización de este derecho humano”, manifestó Faccendini.
Con este antecedente, se logró que se implemente el Derecho de Jarras en lugares en lugares bailables o lugares comerciales con una superficie mayor a 1.200 metros cuadrados.
Estas novedosas ordenanzas causaron impacto a nivel nacional e internacional. “Generó inquietud en actores que están participando en Francia, Italia, en San Pablo, en Río de Janeiro, en Chile, Concepción Bariloche, Rawson, Esquel, Venado Tuerto, Buenos Aires, y otras tantas localidades que con distintas modalidades están replicando este derecho al agua”.
Un vaso de agua no se le niega a nadie
A priori, pareciera imposible que lugares comerciales se adapten a esta nueva ley. Sin embargo, las estadísticas en Rosario muestran lo contrario, pues el 70% de los bares de la ciudad se adaptaron a la ordenanza.
Faccendini está convencido que además de un derecho, la nueva legislación es favorable para los comercios y bares. “Esto se hace conviviendo con las otras aguas. Lo que queremos que la gente tenga la posibilidad, la libertad, de tomar agua libre y gratuita cuando está consumiendo”, sostuvo, y agregó: “El derecho de jarra de agua es la libertad sin comercializar. Lo que buscamos es que haya procesos desmercantilización, respetando la necesidad del comercio, el mercado pero que hay espacios, cuestiones de la humanidad que están fuera del comercio como es el aire, el conocimiento, el agua, el agua es insustituible, el agua potable es un derecho humano y como tal se tiene que respetar”.
El Derecho a Jarras cambia, sin dudas, el paradigma en los comercios. “Se pueden construir otras realidades, se pueden generar nuevos hábitos de sanidad, de convivencia con la comida. La cuestión cultural, ambiental, muestra que se puede cambiar hábitos con mucho esfuerzo”, sostuvo.
“Lo que le pedimos a la gente es que se empodere, el derecho que no es ejercido, es derecho perdido. Lo mejor que puede hacer la ciudadanía es pedir su Derecho de Jarras. Si alguien le quiere cobrar algo que exija que el ticket diga que se le está cobrando una jarra de agua, con el cual va a ser objeto de sanción”, añadió Faccendini.
Los pasos a seguir
En la última semana, la Cátedra del agua presentó en el Concejo municipal un proyecto de ordenanza para la aplicación del Derecho de Jarras en los centros de salud y hospitales de la ciudad, tanto públicos como privados.
“Necesitamos que los hospitales haya una facilidad al acceso al agua potable y cubrir este vacío legal, que se convierta en derecho para que sea una obligación, para que la gente pueda acceder amablemente a un derecho humano del agua y al derecho humano de la salud”, comentó.
Además, se está gestionando una audiencia con la ministra de Educación, Adriana Cantero, para que exista el Derecho de Jarras en escuelas públicas y privadas. “Solo el 5% de la Argentina tiene bebedores para niños y niñas en situación de escolaridad sobre 60 mil establecimientos. Tenemos el relevamiento que hay 25 escuelas que no tienen bebedores en situación de integralidad donde los chicos y chicas puedan acceder al agua potable por fuera del baño. Los bebederos tienen que estar fuera del baño por una cuestión de salubridad. El acceso al agua potable tiene que ser un acceso amable, cortés, integral, saludable”, dijo Faccendini.
Una lucha colectiva
En tiempos de crisis ambiental, una nueva cultura es posible, donde se mejore la calidad de vida de la sociedad. “Lo que necesitamos es que cada uno reclame este derecho, no podemos dejar todo en manos del otro y la otra sino que tenemos que entre todos y todas reclamarlo, es la forma de consolidarlo. Los derechos se consiguen con lucha, perseverancia, insistencia. Todo derecho es una historia de lucha, no hay derecho si no hay lucha, participación y perseverancia”, indicó el profesor.
“Lo que se ha logrado todavía no podemos mensurarlo, o calibrar la positiva consecuencia que esto trae. Estamos muy contentos por todo y el gran esfuerzo que hemos hecho muchísimas personas en este camino para lograr vivir mejor”, concluyó.