«La oniomanía o el trastorno de compras compulsivas, es un trastorno relacionado con los impulsos constantes e irrefrenables de realizar compras. Es una conducta sostenida en el tiempo que la persona no puede controlar y que se le hace imposible frenar, a pesar de ser consciente que le ocasionará daño emocional, económico y en las relaciones interpersonales» comenta el Lic Alexis Alderete.
Signos de alerta de oniomanía y doom spending· Hay un impulso irrefrenable de realizar compras.· Aparece un gran monto emocional de ansiedad en los momentos previos a realizar la compra y luego de realizar la misma la persona experimenta euforia y un gran placer, como si fuera una sensación de alivio donde el estrés que tenía lleva a una gratificación inmediata.· Una vez finalizada la compra o cuando se tiene el objeto, emergen las emociones de culpa o arrepentimiento, debido a que no hubo plena consciencia del acto realizado o se internaliza que fue una compra innecesaria.· Hay una gran acumulación de productos innecesarios, que muchas veces nunca se abren y se conservan en sus propias cajas.· En algunas ocasiones las compras se utilizan como descarga emocional, debido a que las personas pueden estar atravesando un mal momento personal, como ansiedad, tristeza o un gran monto de estrés y realizan este acto para llevar un poco de alivio a sus vidas
¿Cómo controlar o dejar de ser un comprador compulsivo?
·El primer paso es la aceptación plena de la propia conducta, permitirá hacer un freno a la conducta y se podrá comenzar a tomar medidas pertinentes, como pedir ayuda.
·Hacer una observación de las emociones que aparecen en los momentos previos a la compra impulsiva. Cuando se registra o se lleva la atención a las emociones que tienen el impulso irrefrenable, se puede empezar a realizar un análisis conductual para identificar cuál es el disparador de dicha conducta. Para luego empezar a desactivarla haciendo lo contrario o tener una conducta más efectiva. Como salir a caminar o redireccionar la mente.
·Hacer un freno a la conducta, cuando uno deja de actuar de manera impulsiva y va retrasando la gratificación inmediata, empieza a racionalizar la conducta y además obtiene el beneficio de observar plenamente si es un acto impulsivo o realmente es necesario dicho objeto.
·Empezar terapia cognitivo conductual: la misma podrá identificar patrones de pensamientos que llevarán a la emoción que tiene el impulso de acción de realizar la compra.
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