Por Gema Mañogil
En 2024 la presencia en pantalla de cuerpos que se alejan de la norma no solo se mantuvo prácticamente inalterada respecto al año anterior, sino que además se concentró en papeles secundarios y cómicos, y quedaron fuera a los referentes jóvenes y relevantes, una radiografía que dibuja un problema estructural en cómo se cuentan historias y quiénes merecen protagonismo en ellas.
Así se desprende del informe ODA contra la gordofobia 2025, firmado por el Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA) y centrado en la representación de la diversidad corporal en la ficción española de 2024.
El informe analiza 1.870 personajes distribuidos en 102 películas y 79 temporadas de 78 series y su diagnóstico es claro, la diversidad corporal existe en la pantalla pero rara vez ocupa trama propia ni pasa pruebas mínimas de complejidad narrativa, y esa desigualdad se traduce en estereotipos que retornan una y otra vez.
La directora de comunicación del Observatorio y corredactora del informe, Elena Crimental, ha señalado en una nota de prensa que los datos obtenidos «demuestran hasta qué punto se perpetúan violencias contra las personas gordas en el cine y las series nacionales».
La aparente mayor «visibilidad» no equivale a representación con profundidad ni a modelos positivos. El estudio arroja una proporción que desmiente cualquier sensación de cambio profundo en la industria audiovisual: «En 2024 los porcentajes respecto al año anterior se mantienen estables». Del total, los personajes con corporalidades no hegemónicas suponen el 9,19 % en películas y el 9,21 % en series.
La mayoría de esos personajes no cuentan con tramas propias (55,23 %), un dato que el propio informe interpreta como la constatación de que la corporalidad «restringe la profundidad y relevancia en pantalla».
Denuncia patrones narrativos que encasillan a las personas según su cuerpo de forma que infantiliza, sexualiza o esencializa la apariencia corporal y que, además, condiciona los papeles en que son invitadas a intervenir.
Estos estereotipos se traducen en una doble pérdida. Para la audiencia, que pierde referentes diversos y complejos, y para la propia ficción, que pierde realidad psicológica y social al encasillar personajes en motivos narrativos previsibles, tales como hombres gordos apasionados por la comida o mujeres obsesionadas con su cuerpo.
El informe subraya que la mitad de los cuerpos no hegemónicos se concentran en mayores de 50 años, de modo que la juventud carece de referentes diversos en la ficción juvenil. En cuanto al género, los hombres con corporalidades no normativas predominan en número.
Además, la apariencia corporal sirve en películas y series para diferenciar la posición social de unos personajes frente a otros.
Advierte de que la coexistencia de discapacidad y corporalidad disidente se da en pocas ocasiones y con lecturas problemáticas, por ejemplo, las discapacidades motrices o mentales suelen leerse enseguida como disidencias corporales.
Mientras, la racialización y la presencia LGBTIQ+ con cuerpos no normativos son todavía marginales y, en muchos casos, no disponen de roles relevantes.
El informe celebra, eso sí, algunas excepciones donde la transgresión de la norma corporal va acompañada de propuestas estéticas y políticas que no buscan asimilación sino reivindicación, citando ejemplos concretos como la transexualidad reflejada en la ficción.
Resultados esclarecedores del Test Divine
Para cuantificar la voluntad industrial de cambio el ODA aplica a las producciones el Test Divine, una herramienta basada en los criterios de presencia, importancia y profundidad de los personajes. En 2024 solo lo pasaron un 14,29 % de ellos en el cine y un 18,63 % en ficción seriada.
Tomando como referencia los resultados que obtiene, el ODA elabora un ranking de plataformas y distribuidoras. Aunque algunos operadores han destacado con más títulos que incluyen personajes que pasan este test, los datos «demuestran que todavía se puede mejorar mucho en este terreno», advierte el informe, que propone no solo aumentar la presencia sino transformar las funciones narrativas de esos personajes para que dejen de ser meros accesorios cómicos o simbólicos.
La plataforma Movistar Plus+ lidera el ranking de películas y Netflix, el de series con más producciones que incluyen al menos un personaje que pasa el Test Divine. Pero el estudio invita a interpretar esas listados «contextualizados con el resto del análisis» y a entenderlos como puntos de partida para exigir cambios editoriales y de guion.
Si la ficción es un espejo, el documento concluye que hoy ese espejo devuelve una imagen sesgada. La visibilidad existe pero requiere políticas de escritura, casting y producción que permitan tramas propias, diversidad de roles, referentes juveniles y la ruptura de estereotipos que, según el ODA, siguen siendo la norma.
Se trata del tercer informe contra la gordofobia presentado por el ODA, en colaboración con el Ministerio de Cultura, a través del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) y Prime Video.
Fuente EFE
Fotografía portada tomada durante la presentación del informe ‘ODA contra la gordofobia’. Cedida por Prisma Ideas.
