Por Marisa Plano
El 3 de diciembre es una fecha que nos invita a detenernos un momento y mirar hacia adelante. No para señalar culpas , sino para construir juntos un camino más amable y accesible para todas las personas.
Cuando menciono la diversidad, pienso en la fuerza que tiene lo cotidiano. En los gestos simples que cambian realidades: una palabra dicha con respeto, una oportunidad ofrecida sin prejuicios, una puerta que se abre para que alguien pueda mostrar todo lo que vale. La verdadera transformación no parece solo en políticas o discursos; empieza en cómo nos tratamos día a día.
Creo profundamente que una sociedad más justa se hace entre todos. Nadie queda afuera cuando trabajamos con empatía, cuando escuchamos, cuando nos animamos a ver a la persona antes que a la condición. Así, desde lo humano, es donde nacen los cambios duraderos.
Este 3 de diciembre no quiero hablar de lo que falta, sino de lo que podemos construir juntos: igualdad real de derechos , respeto sincero y espacios donde cada persona pueda crecer y ser reconocida. La inclusión no es un gesto aislado… es un camino compartido.
Sigamos andando ese camino con cariño , con paciencia y con la certeza de que cada pequeño avance suma. PORQUE EL VERDADERO CAMINO SE HACE CUANDO CADA PERSONA PUEDE SER VISTA, RESPETADA Y VALORADA.
Fuente foto noticias.madrid
