Por Marita Galano
La proyección es una limitación de la conciencia.
Cuestionar nuestros pensamientos es lo que nos permite evolucionar.
A veces nos encontramos con testimonios de personas que, años atrás, pensaban de una manera y hoy piensan distinto. Y hay quienes los critican diciendo: “Fulanito no resiste un archivo”.
¡Bendita sea esa no resistencia!
Si con el paso del tiempo seguimos pensando igual, significa que no hemos cambiado, que no incorporamos nuevos conocimientos ni miradas diferentes.
Por supuesto, no hablo de quienes cambian de opinión según el público o el interlocutor, sino de aquellos que se permiten realmente transformarse. Que se abren a pensar distinto. Y, en el fondo, todos tenemos esa capacidad.
Reflexionar, cambiar de opinión, cuestionarnos, es parte del camino hacia la evolución.
Ser flexibles, adaptarnos a los nuevos tiempos, también forma parte de nuestro crecimiento interior.
Solo podemos ver aquello para lo que estamos preparados.
Nuestra percepción está moldeada por lo que proyectamos, y eso depende de nuestros valores y creencias.
Por eso, hoy te invito a cuestionarlos.
A revisar esas creencias.
A escuchar otras voces.
Y a incorporar nuevas formas de ver el mundo.
Porque cambiar de opinión no es traicionarse.
Es crecer.
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