Por Paola Barreiro
Hay algo que no se entrena con series, ni con kilómetros. No se ve, pero se siente. No lo nombrás, pero lo llevás adentro. Y aunque no lo quieras, muchas veces te frena. Hablamos de los bloqueos mentales.
Ese “no puedo”, ese “no me animo”, esa vocecita que aparece justo antes de salir a entrenar o a competir. Los bloqueos no siempre son grandes traumas. A veces son dudas, inseguridades, miedos, presiones o exigencias internas que sabotean tu rendimiento.
Y lo más peligroso es que si no los trabajás, se hacen más fuertes.
¿Qué es un bloqueo mental?
Es una barrera invisible que te impide avanzar, aunque tengas la capacidad física para hacerlo. Puede aparecer en forma de ansiedad, miedo al error, frustración o incluso exceso de autocrítica. Y si no lo detectás, te acostumbrás a competir con freno de mano.
⚠️ ¿Qué pasa si no lo trabajo?
*Tu rendimiento no mejora, aunque entrenes.
*Te cansás más rápido, porque el desgaste mental pesa.
*Perdés motivación, constancia y confianza.
*Sentís que hacés todo “bien”, pero no alcanzás resultados.
*Y lo más triste: empezás a dudar de vos.
¿Qué pasa cuando sí lo trabajo?
*Recuperás la motivación.
*Mejorás tu foco y tu constancia.
*Rendís con más seguridad, incluso en momentos de presión.
*Disfrutás más el proceso (no solo la meta).
*Te volvés dueño de tu mente… y de tus resultados.
Porque sí, la mente también se entrena. Y entrenarla te cambia todo.
No se trata de que no tengas miedos. Se trata de que aprendas a gestionarlos para que no te frenen más.
Si estás en el deporte, trabajar tu parte mental no es opcional: es necesario.
No te acostumbres a competir con bloqueos.
Estás a un solo click de empezar a liberar todo tu potencial.
En mi cuenta de Instagram esta semana estamos viendo este tema que es tan interesante y no muy conocido. Te espero en ella.
Pao Barreiro Coach Deportiva de Alto Rendimiento
Ig: @paobarreirocoach