Opinión de Marisa Plano

La importancia de la diversidad educativa


La diversidad en el aula se refiere a la presencia de estudiantes con diferentes culturas, etnias, géneros y capacidades físicas y mentales, entre otros. Esta variedad enriquece el proceso educativo al permitir que los estudiantes aprendan unos de otros y desarrollen una comprensión más profunda de las personas.
Educar en la diversidad es enseñar aceptar e a todas las personas como parte de nuestras vidas, fomentando el respeto a las capacidades de otros, así como a sus individualidades y diferencias, entre las circunstancias, pensamientos, creencias e ideologías de otros y las de uno mismo.
Su objetivo es esencial para construir una sociedad solidaria en igualdad, alejada de prejuicios. Educar en la diversidad es una responsabilidad de toda la sociedad, tanto de los entes educativos como de las familias. Solo así conseguiremos una sociedad respetuosa con el otro.
Tengamos presente que la diversidad educativa fomenta el entendimiento y solidaridad entre alumnos. Dejando de lado las diferentes formas de discriminación actuales, como la raza, clase, género o discapacidad.
La atención a la diversidad comprende el conjunto de actuaciones educativas dirigidas a dar respuesta a las diferentes capacidades, ritmos y estilos de aprendizaje, motivaciones, intereses, situaciones socioeconómicas y culturales, lingüísticas y de salud del alumno, con la finalidad de facilitar la adquisición del conocimiento en cada uno de los alumnos.
La importancia de la diversidad en la educación es permitir que la multiplicidad de pensamientos, sentimientos y culturas se conviertan en una ventaja para el desarrollo de los educandos, no en un obstáculo.
La sabiduría de Aristóteles enseña que la unidad puede coexistir con la diversidad de opiniones. Así como las hormigas colaboran, los humanos pueden encontrar puntos en común valorando la individualidad. Para vivir en armonía, la esperanza es que los desacuerdos conduzcan al entendimiento.
Respetar la diversidad es asumir en primer lugar, que es una realidad que está presente diariamente en nuestro grupo escolar y en la sociedad misma y que es necesario aprender a observar las diferencias positivamente ya que nos va a permitir descubrir las distintas vías de acceso al aprendizaje y responder adecuadamente a las necesidades educativas de todos los estudiantes. Debemos acompañar nuestra práctica con una reflexión permanente y permitirnos a sugerir cambios y ser creativos al momento de aplicarlos.
Por Marisa Plano
Lic. en Ciencias de la Educación