El despido de los fiscales que investigaron a Trump forma parte de un desmantelamiento mayor que los republicanos están ejecutando entre el personal del Departamento de Justicia (DOJ). La segunda Administración trumpista ha reasignado a varios funcionarios en otras divisiones, pese a que la tradición bipartidista mantenía a los fiscales en sus puestos pese al cambio ideológico gubernamental.
«Hoy, el Fiscal General en funciones, James McHenry, ha despedido a varios funcionarios del DOJ que desempeñaron un rol importante en las investigaciones contra el presidente Trump», afirma un comunicado del departamento. «Debido a sus acciones, el Fiscal General interino no confía en que estos funcionarios ayuden a implementar fielmente la agenda del Presidente. Esta acción es consistente con la misión de poner fin a la militarización del Gobierno».
No está claro quienes o cuántos fiscales se han visto afectados por la orden. También se desconoce cuántos de los fiscales despedidos tienen la intención de impugnar sus despidos: los afectados podrían alegar que el Departamento ha dejado de lado las protecciones otorgadas a los empleados federales.
Durante su primer día en el cargo, Trump firmó indultos y conmutaciones de penas generalizadas a los más de 1.500 simpatizantes acusados en los disturbios del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos. Esto benefició incluso a los culpables de ataques violentos contra la Policía -entre los que hubo cuatro fallecidos-, así como a miembros de grupos de extrema derecha condenados por intentar interrumpir el proceso de investidura de Joe Biden.
El Departamento de Justicia ha investigado a Trump tanto durante su primer mandato como durante los últimos cuatro años de Gobierno demócrata bajo las órdenes del ex fiscal general Merrick Garland. El presidente ha dicho en repetidas ocasiones que espera «lealtad» de los organismos policiales y militares, supuestamente entrenados para anteponer hechos, pruebas y la ley por encima de cualquier ciudadano, incluido el presidente.
(Euronews)