Mater Oblatio (Madre Ofrenda) es la muestra de la asturiana Soledad Córdaba, que acoge el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, y en la que la artista ahonda en los claroscuros de la maternidad en una profunda reflexión sobre lo bello, pero también sobre la cara más siniestra de la crianza, con el objetivo de romper con los tabués y contribuir a la visibilización de las maternidades reales.
«No quería ser complaciente con las imágenes y mostrar una maternidad edulcorada o ese concepto en el que mucha gente piensa cuando se habla de la maternidad, que es la típica foto de la mamá con el hijo y mostrar lo maravilloso que es todo. Realmente hay aspectos de la crianza que no son tan bellos, que son mucho más duros, dolorosos y complicados», explica Córdoba en una entrevista con Efeminista sobre esta exposición, comisariada por Zara Fernández de Moya, y abierta al público hasta el próximo 24 de noviembre.
La artista (Avilés, 1977) insiste en que en esta muestra, organizada por la Subdirección General de Museos Estatales, que se enmarca en la promoción del arte contemporáneo por parte del Ministerio de Cultura, ha tratado de llevar al límite la línea de trabajo que ha dejado una huella personal en sus creaciones, y que se cimenta en buscar «el equilibrio entre lo bello y lo siniestro. La imagen bella en contraposición con una más cruda y sin decoraciones».
La también doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid propone así una construcción de la maternidad que trasciende las ideas arquetípicas de lo maternal y protector, para incluir otros aspectos como el agotamiento, las cargas, los miedos, las pérdidas o las identidades que aparecen y desaparecen en el proceso de crianza, resalta la comisaria Fernández de Moya.
En este sentido, «se plantea la transformación que conlleva la maternidad en relación a la identidad que se desplaza», explica Córdoba.
«Cuando nace mi hijo, se trastoca esa identidad. Ese lugar en el que más o menos me reconocía desaparece y el día en que nació mi hijo, yo nací como madre y tuve que reconstruir todo esa parte», agrega la artista, quien puntualiza que si bien estas obras nacen de su experiencia personal, espera que otras madres y mujeres también se puedan sentir apeladas con sus piezas.
Para plasmar todas estas ideas, Córdoba sugiere una propuesta multidisciplinar en la que a través de diferentes lenguajes plásticos como la fotografía, el vídeo, el dibujo o la instalación, compone “un canto visual de los sentimientos y las emociones encontradas”.
Distintos autorretratos de la artista distribuidos por las salas del museo presentan este diario emocional y poético, que entra en diálogo con los cuadros flamencos de la colección del Museo Lázaro Galdiano, y evoca la relación que se establece entre una madre y su hijo.
En estos autorretratos, la artista aparece con la cara cubierta con diversas máscaras. Como explica Córdoba, dos de ellas se enmarcan en la serie Vigía. Estas son aquellas compuestas por múltiples ojos, en una clara referencia «a esa madre vigía que tiene que tener ojos por todo el cuerpo para controlar todo el espacio y todas las circunstancias» que rodean a los hijos e hijas.
Otra de las caretas está cubierta de «botellitas de leche» y alude al proceso de lactancia. Este tema también se evidencia en una fotografía en la que la artista protagoniza una escena en la que se está sacando leche.
De ahí el título de la exposición: Mater Oblatio (Madre Ofrenda). «En los primeros años de la crianza, sientes que como madre te ofreces a tu hijo, eres parte de él. Eres tan necesaria en su vida, que eres la ofrenda», aclara.
En definitiva, esta propuesta artística se presenta como un «homenaje a la mujer creadora, no sólo a la madre, sino a la mujer productora, que soporta y que ha contribuido de algún modo a la construcción de los cimiento de esta sociedad», asegura la artista. Pero también es una denuncia ante las dificultades que enfrentan las madres para compaginar su vida privada con la profesional:
«Hay muchas cosas que todas las madres sabemos y que requieren de una revisión a nivel social, como es la dificultad de poder compaginar la maternidad con la vida profesional y la vida social. Eso es hablar de la realidad, de lo duro que es ser madre en esta época», concluye.
Fuente EFE (efeminista.com)
Portada: La artista Soledad Córdoba en un autorretrato expuesto en la muestra ‘Mater Oblatio’, en Madrid. Créditos: Museo Lázaro Galdiano