Por Jimena Barrionuevo
Sólo constituye el 1% de los casos de cáncer de piel pero es el más agresivo y de peor pronóstico. En nuestro país mueren más de 10 argentinos por semana a causa del melanoma y, como si fuera poco, en los últimos 30 años, se han registrado más casos de melanoma que de otro tipo de cáncer.
«En gran medida, consideramos que el aumento de la incidencia de melanoma de los últimos años se debe a cambios de hábitos de vida que implican una mayor exposición al sol, un aumento en la expectativa de vida y la disminución de la capa de ozono, que reduce la protección natural contra los rayos UV», informó Gabriela Cinat, médica oncóloga, Jefa de la Unidad de Melanoma y Sarcoma del Hospital Oncológico Angel Roffo.
El diagnóstico temprano con especial atención en los lunares y la visita periódica al dermatólogo son muy importantes herramientas de prevención. Pero, la educación y la concientización son también claves para proteger la piel -sobre todo si tenés hijos chiquitos y adolescentes- ya que entre los principales factores de riesgo de desarrollar melanoma, se encuentra la historia de exposición a rayos UV (ultravioletas, naturales o artificiales) en forma crónica, es decir, la acumulación de rayos solares que ha tenido la piel a lo largo de la vida de una persona. Por eso,te contamos un poco más sobre esta patología para que puedas aprender a detectar signos de alarma y estar informada sobre los cuidados necesarios.
El melanoma puede aparecer sobre la piel normal o puede iniciarse sobre un lunar previo (de nacimiento o no) y generar un cambio en sus características originales. Puede ser de un solo color (marrón, negro, rojizo) o tener varios colores simultáneamente. «Como signo de sospecha de que una lesión sea un melanoma, se puede utilizar la regla del ABCDE (asimetría, bordes irregulares, varios colores, diámetro mayor a 6 mm, y evolución o cambio a lo largo del tiempo). Cuando una lesión presenta alguna de estas características, se debe consultar con el dermatólogo. También debe llamar la atención cuando un lunar es muy diferente al resto de los lunares de esa persona, ya sea por el tamaño, la forma, el color, etc. (signo del «patito feo»). Pero no hay que alarmarse en forma prematura: esto es solo una guía ya que algunos melanomas no cumplen la regla del ABCD y sólo el dermatólogo es capaz de reconocerlos», explica la Dra. Virginia Mariana González del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán.
Puede aparecer a cualquier edad aunque es más frecuente luego de los 50 años, pero actualmente afecta a personas cada vez más jóvenes (20-40 años). Entre los principales factores de riesgo para padecer melanoma están:
*Tener piel clara que se enrojece fácilmente con el sol y se broncea con dificultad, ojos claros, cabello rubio o pelirrojo, pecas, más de 100 lunares, o lunares atípicos.
*Tener o haber tenido una exposición exagerada a los rayos ultravioleta (RUV) del sol ya sea por motivos laborales o recreacionales, el uso de las camas solares, la inmunodepresión (transplantes, etc.), antecedentes personales o familiares de cáncer de piel, y ciertas enfermedades genéticas.
«El cáncer de piel es un tema importante a tener en cuenta. ¿Cómo se produce y cómo podemos prevenirlo? Los lunares pueden proporcionarnos indicios de alerta a través de su forma, color, textura, tamaño y cambios a lo largo del tiempo. Mediante una autoevaluación basada en la prueba del ABCDE, podemos examinarlos y evaluarlos nosotros mismos», señala la médica Leisa Molinari, dermatóloga especialista en Cáncer de piel y Cirugía micrográfica de Mohs.
«Es esencial saber cuál es la ubicación de todos nuestros lunares. Observarlos en el espejo y contarlos nos brinda una valiosa referencia al visitar a los especialistas. Es importante prestar atención a la regla ABCDE de sospecha».
Asimetría: debemos verificar si el lunar tiene una forma irregular o asimétrica. Por ejemplo, podemos dividirlo por la mitad y comparar la forma de ambas partes. Si las dos mitades difieren entre sí, es recomendable consultar a un médico.
Bordes: debemos observar si los bordes del lunar son desiguales o irregulares en lugar de ser simétricos. Por ejemplo, si hay proyecciones o segmentos diferentes en algún sector del borde.
Coloración: debemos verificar que no presenten dos o más colores diferentes. Una buena forma de hacerlo es examinarlos todos y observar los colores que tienen. Si encontramos uno que se diferencia del resto, es aconsejable consultar a un especialista.
Diámetro: si un lunar que anteriormente medía menos de 1 cm crece a más de 1 cm en tres meses, es necesario controlarlo. Además, si tiene más de 6 mm de diámetro, también se debe consultar a un médico.
Evolución: conocer la evolución de nuestra piel es crucial para identificar cualquier cambio significativo. Por ejemplo, si notamos que un lunar crece con el tiempo, es fundamental conocer nuestro cuerpo y realizar revisiones periódicas de la piel para detectar cualquier diferencia.
Otras medidas de prevención
Evitar la exposición excesiva al sol, especialmente entre las 10 y las 16 horas, y fundamentalmente durante los meses que tienen la letra R (es decir, todos menos mayo, junio, julio y agosto)
Aplicarse con frecuencia protector solar FPS 15 ó 30 o superior, según el tipo de piel y la actividad que se va a realizar. Colocar el producto en todas las áreas no cubiertas por la ropa, 20 a 30 minutos antes de exponerse y volverlos a colocar cada 2 a 3 hs, o luego del baño o de transpiración intensa. – No olvidar las orejas, cuello, manos, empeines y cuero cabelludo (en las personas con poco o sin cabello)
Si la exposición es en horario desaconsejado y durante meses estivales, hay que usar sombreros, anteojos con protección para rayos UV y ropa que cubra la mayor parte de la piel posible
En los niños, usar protectores solares con formulaciones pediátricas que son más seguras y eficaces.
Evitar el uso de camas solares para uso cosmético ya que, además de foto-envejecimiento, pueden inducir lesiones malignas.
Expertas consultadas: Dra. Virginia Mariana González. Servicio de Dermatología del Hospital Alemán. Dra. Gabriela Cinat, médica oncóloga, Jefa de la Unidad de Melanoma y Sarcoma del Hospital Oncológico Angel Roffo, entidad dependiente de la Universidad de Buenos Aires.
Fuente OHLALÁ (somosohlala.com)
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