Evanescente es el segundo libro de la escritora y poeta, radicada en Salta, Salomé González Vega. EQC Mujer dialogó con la autora para conocer un poco más de que se trata el texto.
«La obra comprende un conjunto de poemas cuyos ejes centrales son reflexiones en torno a la vigilia, sueño/ensueño, el pensamiento y la palabra poética», relata Salomé.
Sigue diciendo: «Evanescente invita a la meditación y contemplación de la palabra simbólica y sus múltiples posibilidades expansivas. En este sentido, puede considerarse como una profundización de algunas inquietudes manifiestas en su primer libro titulado Ausencias. Entre silencios de luz y sombras. Así, por ejemplo, se expresa la voz lírica:
Conspiraciones de palabras me alejan del instante/ me llevan al transcurrir del tiempo y su permanencia,/ me trasladan hacia intentos infructuosos de paraísos vacíos(de símbolos),/donde no tiemblan la voz ni la sangre, donde sólo viven significados espectrales./Fútiles zonas de lo perdido cuya fuerza aplasta la metáfora y su eco el deseo/ y su voluntad el sueño y su consciencia./Allí moran los espíritus de lo real, hálitos del mundo y su finitud./¿Con qué fantasmas lo llenarás hoy?
Salomé es una voraz lectora de literatura y filosofía. Entre sus referentes literarios más importantes están Macedonio Fernández, Roberto Juarroz, Antonio Porchia, Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Alejandra Pizarnik, Julio Cortázar y muchos más. Considera que la palabra poética nos permite expandirnos como seres en tanto ahonda en lo que desconocemos y permite, no sólo la pregunta incesante sino una actitud rebelde siempre en búsqueda del cuestionamiento. Así, se expresa la voz lírica en el poema «Metamorfosis»:
«(…)
Ser presencia y crear presencia
que no designe ni afirme,
que sí perpetúe la pregunta
y eternice el cuestionamiento.
(…)»
Cree firmemente que toda manifestación artística (también ama hacer música) nos eleva como seres humanos y nos permite trascender los límites que nuestro pensamiento práctico nos impone. En suma, la palabra poética, la música y cualquier actividad meditativa y contemplativa nos hace libres.
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