Salud y bienestar

Las diferentes fases del ciclo menstrual y qué le pasa a nuestro cuerpo en cada una


Por Verónica Dema

María Cecilia Belgoff es microbióloga y se define como “fan del bienestar y la administración de la energía para lograr los objetivos, para sentirnos alegres y plenas cada instante”.

Aunque la Biología parece algo distante para muchos, ella dice que esta disciplina la fascinó desde que conoció la célula como “unidad anatomofuncional”. Así lo dice, y se explaya para que podamos entender quienes no trabajamos en un laboratorio: “Tenemos toda la información a disposición, solo debemos poder ordenarla de manera metódica, para conocernos y así diseñarnos”.

Y continúa su explicación: las personas menstruales -mujeres y varones trans- usualmente no tienen conocimiento de la biología de sus ciclos. Repasa, como si estuviera en una clase de Biología del colegio secundario: “Sabemos que nuestro ciclo empieza con el primer día de flujo menstrual y termina el día antes de la siguiente menstruación y que, en promedio, un ciclo menstrual dura alrededor de 28 días”. Aunque Belgoff aclara que sólo el 30% de las mujeres tenemos ciclos de esa duración. De modo que parece que lo poco que sabemos también está puesto en duda.

La científica avanza y detalla las características de un ciclo normal, sus fases y qué solemos sentir en cada una de ellas. También sugiere llevar un registro para aprovechar esa información en favor de nuestra calidad de vida.

Fases del ciclo menstrual:

Fase menstrual: el día uno se cuenta como el primer día de la menstruación. Esta etapa dura entre 3 y 5 días. El nivel de estrógeno está bajo, por lo tanto, sentimos cansancio. Hay contracciones uterinas, por lo que podemos sentir dolor menstrual. Aumenta el agotamiento, el líquido corporal y la sensibilidad al dolor. Solemos tener poca energía, cambios en el apetito, humor bajo, sentirnos reflexivas y poco sociables. Es bueno incluir alimentos con poder antiinflamatorio, como carnes, lácteos, legumbres, pescados, palta, frutos secos. Es un buen momento para hacer ejercicio ligero.

Fase folicular: entre el día 5 y 9, cuando termina la fase menstrual y hasta los próximos 10 días, comienza a aumentar el nivel de estrógeno. Empezamos a sentirnos con más energía, más alegres, la piel nos brilla y las facciones de la cara parecen más simétricas. Con la testosterona alta, nos sentimos más enérgicas física y mentalmente. Es un buen momento para tomar la iniciativa, porque nos sentimos en la cima del mundo.Entre el día 10 y 13 hay picos de estrógenos. Es cuando más sexis nos sentimos. Tiene razón de ser para la biología: en ese momento somos más fértiles. Nos sentimos optimistas, sociables. Somos más tolerantes al dolor, con mayor nivel de fuerza y resistencia: es una oportunidad para entrenar con peso. Se recomienda incluir yogur, kefir, frutas y verduras; alimentos con pre y probióticos. Es un momento en que solemos tener menos apetito. Al tener mucha energía, nos sentimos positivas ante la vida. La libido está en aumento y suele aparecer el deseo de intentar cosas nuevas, el sentir social está a pleno y somos menos introvertidas. Es un momento de avanzar en proyectos, para concretar eso que venimos postergando.

Fase ovulatoria: alrededor del día 14 ocurre la ovulación, que es el evento más importante del ciclo: se libera el ovocito maduro, listo para ser fecundado. Nuestro metabolismo aumenta lentamente, podemos tener más hambre. Se recomienda consumir frutos secos y cacao al 70%. En esta fase también tenemos mucha energía, emociones estables, gran seguridad en nosotras mismas, fluidez en la comunicación verbal. También solemos vernos con la piel más brillante, más limpia. Solemos tener deseos de salir, de socializar.

Fase lútea (también llamada secretora): se da entre los días 15 y 28, es decir, entre la ovulación y la siguiente menstruación. Nos sentimos más agotadas y con retención de líquidos. Se utiliza más grasa como fuente de energía, así es que es bueno incluir ejercicio cardiovascular de larga duración y a baja intensidad. Es recomendable consumir cereales, arroz yamani, granola, legumbres, grasas saludables. Podemos notar cambios bruscos de humor, se intensifica el cansancio y, también, las emociones; esto es por la baja de niveles de estrógeno. Entre el día 19 y 22 aumenta la progesterona, lo que puede provocarnos acné, hinchazón, baja libido. Nos sentimos desganadas. Entre el día 26 y 28 sentiremos el síndrome premenstrual: dolor de pecho, estamos hinchadas, con sueño. Para esos días hay que generar serotonina con el ejercicio. Es importante hidratarse, reducir los azúcares y la cafeína. Podemos sentir más hambre de lo habitual, tener energía declinante, sentirnos autocríticas, de humor cambiante (sin llegar a ser explosivo). Son días de desear silencio y espacio para una misma. En este ciclo proliferó el endometrio, se preparó para recibir al embrión, si no ocurrió una fecundación se da una caída de progesteronas y estrógenos, que hace que el endometrio se desprenda. Así comienza de nuevo el ciclo, con el primer día de menstruación de nuestro ciclo siguiente.

“El ciclo menstrual es un continuo, una fase afecta la siguiente”, aclara la microbióloga, especializada en embriología y fertilidad. “Todo es interdependiente, el ciclo menstrual no está compuesto de eventos aislados, sino es mejor verlo como una danza, en la que un movimiento nos lleva al siguiente”.

Además, nuestro ciclo no es aislado del resto de nuestra vida, de lo que comemos, de cómo dormimos, de cuánto ejercicio hacemos, de cómo manejamos el estrés y las emociones. “Conocer y cuidar tu ciclo es cuidarte entera”, enfatiza la científica, que da talleres y habla con mujeres permanentemente sobre estos temas.

Ser cíclicas es una oportunidad, “un regalo de la naturaleza” que nos permite experimentar periodos diferentes dentro del ciclo hormonal. Aprendimos que hay momentos en que somos enérgicas, nos vemos radiantes, sociables, positivas, animadas; otras veces, somos introspectivas, más reflexivas, creativas, prudentes, protectoras. Tal vez, no habíamos reparado en los matices de esas que somos.

“En cada etapa de nuestro ciclo se exponen diferentes estados. Conocerlos puede potenciar aquello que estamos buscando y soltar patrones que ya poco tienen que ver con nosotras”, propone Belgoff.

La literacidad corporal es esta habilidad que nos permite comprender el ritmo único de nuestro cuerpo. Es el autoconocimiento que se alcanza al aprender a observar, registrar e interpretar nuestro ciclo menstrual. Esto nos sirve para satisfacer nuestras necesidades reproductivas: tanto si deseamos evitar el embarazo, como si queremos lograrlo; también, entender mejor nuestro ciclo menstrual en las distintas edades, desde la primera menstruación hasta la perimenopausia y la menopausia.

La información es poder. La sugerencia es que nos conozcamos, sepamos de nosotras, de nuestras hormonas y sobre cómo estas impactan en nuestro día a día.

Fuente de información: www.somosohlala.com