“Hablar por el móvil más de 30 minutos a la semana se relaciona con un aumento del 12 % de riesgo de sufrir hipertensión arterial”, destaca un estudio chino publicado recientemente en la European Heart Journal.
Sin embargo, el Dr. Carlos Macaya Miguel de la Universidad Complutense de Madrid, cardiólogo del Hospital Clínico Universitario San Carlos y de la Fundación interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC), subraya que por ahora son datos “no concluyentes” que deben ser avalados por otros análisis irrebatibles.
Los teléfonos móviles, que emiten niveles bajos de energía de radiofrecuencia, se han relacionado con aumentos de la presión arterial
“No me cabe duda de que la telefonía móvil puede originar preocupación, nerviosismo angustia, ansiedad, incluso estrés y cierta adicción; pero también todo lo contrario: interés, tranquilidad, sosiego, alivio, paz y relajación”, contrapone el Dr. Carlos Macaya.
La HTA, conocida como tensión arterial alta o elevada, es un trastorno fisiológico en el que los vasos sanguíneos sufren una disfunción persistentemente alta (fuerza que ejerce el riego sanguíneo contra sus paredes), lo que puede dañarlos gravemente.
Cuanto más alta es la tensión más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear la sangre.
En la mayoría de los casos la hipertensión es de origen desconocido: se denomina idiopática o esencial y se ceba en personas con sobrepeso, obesidad y diabetes, donde se hace más visible el sedentarismo.
La tensión arterial en adultos es de 120 mm Hg cuando el corazón late con normalidad (tensión sistólica o contracción del músculo cardíaco) y de 80 mm Hg cuando el corazón se relaja (tensión diastólica).
Cuando la tensión sistólica es igual o superior a 140 mm Hg y/o la tensión diastólica es igual o superior a 90 mm Hg, la tensión arterial se considera alta o elevada.
Un paciente con HTA aumenta el riesgo de sufrir enfermedad en las arterias coronarias, ateroesclerosis, angina, infarto, ictus, derrames cerebrales y, a partir de una edad avanzada -70/80 años-, fibrilación auricular, una arritmia muy prevalente.
El estudio
La Sociedad Europea de Cardiología se hizo eco a principios de mayo de 2023 de un estudio firmado por un equipo de investigadores de la Universidad Médica del Sur (Guangzhou, China), liderado por Xianhui Qin.
La conlcusión principal del estudio resaltaba que hablar por el móvil 30 minutos o más a la semana se relaciona con un aumento del riesgo (12 %) de hipertensión arterial frente a conversaciones más cortas.
Se analizaron datos de aproximadamente 212.000 personas, con edades entre 37 a 73 años, sin hipertensión arterial, de los que un 88 % se definían como usuarios de móviles. El seguimiento medio de cada individuo fue de doce años.
La información sobre el uso del móvil se recogió mediante un cuestionario autodeclarado por los participantes al inicio del estudio, que incluía los años de uso, las horas semanales y el uso de un dispositivo manos libres/altavoz.
Durante los años de seguimiento, el 7 % de los participantes desarrolló hipertensión y los usuarios de móviles tenían un riesgo de hipertensión un 7 % mayor que los no usuarios.
Los que hablaban por el móvil 30 minutos o más a la semana tenían un 12 % más de probabilidades de sufrir hipertensión de nueva aparición que los que dedicaban menos de media hora. Los resultados fueron similares en mujeres y hombres.