Expedito el santo del «hoy, hoy, hoy», y de grandes milagros


San Expedito no figura hoy en el martirologio oficial de la  Iglesia, pero eso no implica que no se lo reconozca casi en todo el mundo, y en la propia Iglesia,  masivamente como un santo hacedor de grandes milagros.

Expedito era un comandante romano, se dice que de la famosa legión «Relámpago» o «Fulminata», legión encargada de custodiar las fronteras del imperio contra los bárbaros en tiempos del emperador Diocleciano.

Fue antes de un combate contra las hordas bárbaras que la Legión quedó sin alimentos, sin agua y casi exhaustas a merced del enemigo y condenada a ser aniquilada. Algunos de los soldados romanos en esas circunstancias comenzaron a levantar los brazos y orar al Dios de los cristianos para que acudiera en su ayuda. Una fuerte tormenta se abatió entonces sobre la zona del enemigo que a esas alturas estaba desconcertado. Esta situación de confusión permitió a la Legión  atacar y vencer. Muchos de esos soldados se convirtieron entonces al cristianismo, pero Expedito dudó hasta que finalmente tomó la decisión de hacerlo.

Según las historias, en el momento que tomó esa decisión un cuervo  se le apareció  al grito de «cras, cras» (mañana, mañana), con el propósito de dilatar su conversión, pero el comandante lo pisó mientras decía «hodie, hodie, hodie» (hoy, hoy, hoy).

Después de ese hecho, el  romano y otros que se habían convertido, comenzaron a defender a los cristianos, lo que motivó la ira del emperador. Expedito fue atormentado y luego decapitado por orden de Diocleciano.

Se le atribuyen a San Expedito, patrono de militares, jóvenes, familias y causas justas y urgentes, muchos milagros.

De todos modos, y más allá de lo milagroso, hay un hecho importante en esta historia y se resume en dos palabras: «mañana», pronunciada por lo que representa al mal y «hoy», manifestada por el santo. Es toda una gran alegoría sobre cuándo se debe accionar en esta vida si se trata de cuestiones importantes o «trascendentes»: es hoy, es en este aquí ahora no en el futuro.

En la estampa que lo distingue y representa, San Expedito lleva en su mano alzada a Jesús crucificado con la palabra «hodie» (hoy) y bajo su pie, dominado el cuervo que dice «cras» (mañana).

La oración al santo

Mi San Expedito de las causas justas y urgentes, intercede por mí junto a Nuestro Señor Jesucristo, para que venga en mi socorro en esta hora de aflicción y desesperanza.

Mi San Expedito tú que eres el Santo guerrero. Tú que eres el Santo de los afligidos. Tú que eres el Santo de los desesperados. Tú que eres el Santo de las causas urgentes, protégeme, ayúdame, otorgándome: fuerza, coraje y serenidad. ¡Atiende mi pedido! (En esta parte se debe realizar el pedido).

Mi San Expedito, ayúdame a superar estas horas difíciles, protégeme de todos los que puedan perjudicarme, protege a mi familia, atiende mi pedido con urgencia. Devuélveme la Paz y la tranquilidad.

¡Mi San Expedito! Estaré agradecido por el resto de mi vida y propagaré tu nombre a todos los que tienen Fe.