Por Emilia Racciatti
La protagonista de «La vida mentirosa de los adultos», la más reciente novela de Elena Ferrante que tiene una versión audiovisual estrenada en Netflix, descubre una parte de la historia de su familia al mismo tiempo que asoma a barrios de Nápoles, su ciudad, que no conocía y con esta historia de traiciones, desbordes y ambiciones, la autora de la que no hay imagen ni certeza acerca de su identidad vuelve a poner en escena la amistad y las diferencias de clases en el siglo XX.
Esta vez ubicada en 1990, la serie de seis capítulos cuenta con guion compartido de Laura Paolucci y Francesco Piccolo y dirección de Edoardo De Angelis, con quien se conoció que Ferrante intercambió mensajes para supervisar la adaptación.
Se trata de la segunda serie que llega a las plataformas retomando las novelas firmadas por la escritora que nutre el misterio de su identidad a espaldas de una época, ya la tetratología «La amiga estupenda» ya tiene tres temporadas en HBO Max y se espera para este año la cuarta y última parte.
«Cuando uno es pequeño todo parece grande; cuando uno es grande todo parece pequeño», dice la voz en off de la serie que Netflix lanzó el 4 de enero. El director se animó a seguir el juego de Ferrante en la novela (editada como toda su obra por Lumen) con respecto a la narradora a partir de esa voz en off. Puede ser la adolescente protagonista Giovanna pero también Ida, la hermana menor de ese matrimonio amigo de sus padres con quienes comparte veladas, cenas y paseos hasta que estalla la vida de las dos parejas.
La novela, ahora serie, marca la continuidad de la huella Ferrante con un eje que es la ciudad de Nápoles, pero esta vez más cercana a la narrada por Paolo Sorrentino en «La mano de Dios» que a la de «La amiga estupenda» convertida en serie como «My Brilliant Friend».
Los desbordes, las distintas Nápoles que pueden habitarse y la mujer que se rebela ante la vida familiar tradicional o muestra cómo en ella se condensa la ira por algo que se astilló y es apartada, como en la obra de Sorrentino, o negada en el caso de «La vida…» son algunos de los puentes entre las dos ficciones. En ambos casos es una tía la que ocupa ese rol y son el sobrino en la primera y la sobrina en la segunda quienes irán detrás de los enigmas de sus vidas.
En las cuatro novelas que consagraron a Ferrante esas temporadas la ciudad se cuenta desde los años 50 y va avanzando en el tiempo siguiendo a dos amigas, Elena y Lila, y si bien la serie resuelve desde la primera escena que la narradora es Elena, en las novelas no está tan claro. Con esas ambigüedades trabaja su literatura Ferrante porque no hay linealidades en las vidas de sus personajes.
Esto puede verse en las dos amigas de la saga más conocida donde no hay posibilidad de encasillarlas en roles o actitudes, las dos pasan por situaciones que las convierten en más o menos desesperadas, en más o menos demandantes o en más o menos tristes. Esas características son frágiles y dinámicas, como así también lo es el hábito de la escritura.
«La vida mentirosa de los adultos» es la más reciente producción audiovisual estrenada en nuestro país pero este cruce comenzó en 1995 con la transformación en película de su novela «El amor molesto», dirigida por Mario Martone, que se animó a filmar los días de una hija apenas fallecida su madre.
Diez años después se estrenó, en 2005, «Los días de abandono», situada en Turín, con dirección de Roberto Faenza. Esta misma novela será llevada al cine, según se anunció en 2021, por Natalie Portman como protagonista y productora y Maggie Betts como guionista y directora.
En «La vida mentirosa de los adultos» la ciudad se despliega: Giovanna, quien comienza siendo una adolescente, va desde Rione Ato, la parte de arriba de San Giacomo dei Capri específicamente, con cenas con champagne, ropa cara y ambiciones intelectuales a la periferia que, como le dice su madre, está «del otro lado», para encontrarse con su tía Vittoria, portadora de una verdad sobre el pasado familiar de su padre que la intriga y que entonces la lleva a habitarlo con deslumbramiento.
Ese será el hilo del que tirará Giovanna para encontrarse. Lo hará con otros, entre los que están los hijos de quien fue la esposa de Enzo, el amante de Vittoria. Esas dos mujeres, la amante y la esposa, comparten universo, cotidianidad y de alguna manera crianza de esos adolescentes. Otro de los estereotipos que desarma Ferrante porque siempre está ese eje: el de las circunstancias, sus mujeres no caen vencidas en estereotipos porque ella siempre las rescata para pensarlas en sus contextos.
Esta novela comienza con Giovanna escuchando una conversación protagonizada por sus padres en la que él lamenta que ella se parezca cada día más a esa tía por lo fea y ese será el punto de partida de la búsqueda de la tía, pero también de la belleza que siempre es un prisma o un parámetro. En ese viaje Giovanna va encontrando el propio y esa tía será mirada por sus ojos como una forma de la belleza donde puede encontrarse también.