Pre Epoc, el inicio casi silencioso de una enfermedad peligrosa

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es la tercera causa de muerte a nivel mundial, se trata de una patología crónica relacionada a la inhalación de humo de combustión, siendo el principal factor de riesgo el tabaquismo y, en segundo lugar -aumentando progresivamente- el humo de biomasa.
Se estima que la EPOC causa anualmente más de tres millones de muertes en el mundo, según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y cada año se elige un lema para la campaña a nivel mundial, haciendo hincapié en algún aspecto particular del gran espectro de características de la enfermedad o los pacientes. En 2022, el Día Mundial de la EPOC se conmemora este miércoles bajo el lema «Todos juntos para poner fin a la EPOC».
Es una enfermedad progresiva de inicio lento, por lo que los primeros síntomas suelen ser solapados. El principal es la falta de aire o disnea ante esfuerzos, pero también se manifiesta con tos y expectoración crónica. Esto se debe a la inflamación de la vía aérea, producto de la exposición prolongada a partículas dañinas inhaladas.
Según EPOC.AR, un estudio epidemiológico organizado por la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria en colaboración con el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias -INER- Emilio Coni, (el único que arroja hasta la actualidad datos a nivel nacional) ya en 2014 un 14.5% de la población tenía EPOC y un 75% de quienes la padecían no estaban diagnosticados. Por lo tanto, nos enfrentamos a una enfermedad con gran prevalencia y alta tasa de subdiagnóstico.
«El diagnóstico requiere la realización de una espirometría.
Esta es una prueba sencilla, no invasiva y que puede realizarse en 20 minutos, siempre en un entorno adecuado», explica Alejandro Salvado, Jefe del Servicio de Neumonología, EPOC, Laboratorio Pulmonar y Rehabilitación Respiratoria del Hospital Británico (M.N. 54.353).
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Alerta sobre la Pre Epoc.
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«Se siente un leve silbido al respirar, hay tos, fatiga y sensación de falta de aire, pero los estudios arrojan resultados normales. Esto es lo que llamamos una Pre-Epoc. Es aquí cuando los especialistas debemos seguir investigando para tratar al paciente y evitar que la enfermedad siga avanzando», detalló Salvado.
«Es el momento clave para encontrar motivación para dejar de fumar, empezar a realizar actividad física gradualmente, mejorar la alimentación y así mejorar la calidad de vida actual y a futuro», añadió. .
El impacto en la vida del paciente dependerá del grado de severidad al momento del diagnóstico, que estará determinado por la espirometría, los síntomas y la frecuencia de «crisis» o exacerbaciones. Muchas veces, dicho impacto puede afectar seriamente a las personas que la padecen y es por eso que la principal estrategia es evitar la exposición a los factores de riesgo, como dejar de fumar, evitar exposición a humos y gases tóxicos en ciertos ambientes laborales y el diagnóstico precoz.
Por otra parte, existe la llamada EPOC temprana que no es una enfermedad en sí misma, sino la descripción de algunos mecanismos que actúan en determinadas personas a lo largo de su vida y pueden confluir, según tiempo e intensidad con el desarrollo de EPOC. Por ejemplo: el nacimiento prematuro y el bajo peso al nacer, así como el tabaquismo materno o tabaquismo pasivo sufrido por los niños y sus consecuencias a largo plazo, también son factores de riesgo.
Las infecciones en los primeros meses de vida, la tuberculosis a cualquier edad, la predisposición genética sumados al hábito tabáquico aumenta mucho la posibilidad de sufrir EPOC.
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Causas que provocan EPOC.
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– El tabaquismo.
– Ser fumador pasivo (estar en ambientes donde otros fuman).
– Trabajar con materiales irritantes como el cloro.
– Realizar labores que generan polvo en el aire (manejo de granos, construcción, etc.).
– Habitar en ciudades con alto grado de contaminación ambiental.
– El estilo de vida sedentario y los malos hábitos en la alimentación diaria.
– Raramente el EPOC sucede por causas genéticas.
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Síntomas.
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– Tos frecuente o tos que produce gran mucosidad.
– Falta de aire o disnea ante esfuerzos.
– Sibilancias, silbido o chirrido cuando se respira.
– Falta de aliento, especialmente si realiza actividad física.
– Sensación de presión en el pecho.
– Tendencia contraer resfríos o gripes con frecuencia.
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Tratamientos y cuidados.
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Si bien la EPOC no tiene cura, los tratamientos ayudan a atenuar los síntomas y retrasar el progreso de la enfermedad: .
– Cambios en el estilo de vida. Dejar de fumar, evitar el humo de segunda mano (fumadores pasivos) o lugares con alto grado de contaminación ambiental.
– Realizar actividad física (especialmente caminatas), tener una alimentación sana, manejar adecuadamente la respiración con la ayuda de prácticas de yoga o natación, y otras.
– Algunos medicamentos como los broncodilatadores relajan los músculos alrededor de las vías respiratorias.
– Las vacunas contra la gripe y la neumonía también colaboran en el tratamiento.
– Una terapia de oxígeno ante un cuadro de EPOC severo es importante.
-Otros tratamientos son la rehabilitación pulmonar, ciertas terapias psicológicas y hasta una cirugía cuando es necesario.
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Tres acciones para erradicar la EPOC.
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– Diagnóstico: Se realiza a través de una espirometría, una prueba sencilla, no invasiva que se realiza en 20 minutos, siempre en un entorno adecuado.
– Tratamiento: Llegar tempranamente a todos los pacientes con los tratamientos adecuados.
– En la EPOC temprana: Promover estrategias para mejorar la salud materno infantil los primeros 1.000 días. .