Los beneficios de perdonar y cómo hacerlo

Por la psicóloga Erin Sánchez Martín

Fuente AZSalud

 

Debemos entender el perdón como un proceso que necesita tiempo e implicación para lograr que se desarrolle de manera adecuada y logre el objetivo deseado. Perdonar comporta múltiples beneficios suponiendo la liberación de una carga y poder así proseguir con nuestra vida.

Favorece nuestra salud física, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares, los niveles de cortisol, la sensación de dolor y las alteraciones en el sueño y nuestra salud mental, disminuye la sintomatología depresiva y ansiosa, reduce también la hostilidad y la agresividad y aumenta la empatía y la flexibilidad.

Asimismo, también beneficia las relaciones sociales tanto con el sujeto implicado en el conflicto como con otras personas, puesto que al encontrarnos mejor, en un mejor estado, nuestra disposición para vincularnos con los demás se verá favorecida.

En este artículo hablaremos del perdón, qué implica esta conducta, qué beneficios comporta y cómo plantearnos este proceso para conseguir el propósito que queremos.

Perdonar supone la acción de aceptar lo que alguien nos hizo que nos causó dolor y malestar y ser capaz de liberarle y liberarnos de la carga, sin guardarle rencor o sin pretender nada a cambio.

Podría parecer pues, una acción altruista puesto que decimos perdonarlo porque queremos sin ningún tipo de condición, aunque es verdad que cuando disculpamos a alguien también nos beneficiamos a nosotros mismo, puesto que nos liberamos de un malestar vinculado con la situación desagradable.

Asimismo, perdonar no quiere decir olvidar, puesto que es obvio que no podemos decidir a voluntad qué acontecimientos o recuerdos almacenamos, pero sí que podemos manejar y trabajar para aceptar estos hechos ya acontecidos y poder avanzar y seguir adelante.

Del mismo modo, perdonar no significa seguir vinculado o relacionándonos con la persona que nos hirió, sino ser capaces de superar lo que pasó, liberándonos a ambos de lo sucedido y poder seguir cada uno con su vida si es lo que queremos.

Según a quién vaya dirigido el perdón podemos hablar de dos tipos. Perdón a otros o perdón a uno mismo. Aunque la acción de perdonar no suele ser nunca fácil, es habitual que se complique aún más cuando el sujeto a perdonar somos nosotros mismos.

Cuando hemos hecho algo de lo que nos arrepentimos, hemos causado dolor a otra persona o hemos actuado contrario a nuestras creencias o valores, aparece en nosotros una sensación de autoculpabilidad que lleva a castigarnos impidiendo así que podamos pasar página y avanzar.

Al final, todo el mundo comete errores y lo importante es ser conscientes de ellos, identificarlos para poder reflexionar sobre los hechos sucedidos, aprender de ellos y poder actuar de mejor modo la próxima vez. Autocastigarse no revierte lo que pasó y tampoco nos ayuda a aprender cómo mejoramos nuestro comportamiento la próxima vez, no sirve para nada.

Asimismo, relacionado con el tipo de perdón es importante, para lograr realmente liberarnos del malestar y carga que supone, que perdonemos de manera sincera, no basta solo con decir que perdonamos a la persona, puesto que, de no ser cierto, nos estamos engañando a nosotros mismos y es muy probable que la situación termine peor de lo que estaba. Es necesario perdonar con sinceridad, suponiendo un cambio en nuestro comportamiento, tanto de manera cognitiva, conductual como emocional.

¿Cuáles son los beneficios del perdón?

Como hemos mencionado en los apartados anteriores, perdonar beneficia no solo a la persona a quien perdonamos sino a nosotros mismo cuando lo hacemos de manera sincera. Supone una liberación de carga que nos permite y facilita poder reducir nuestro malestar y proseguir de manera más funcional.

A continuación mencionaremos los beneficios principales que se han vinculado con la conducta de las personas, haciendo distinción según beneficien nuestro estado de salud físico, psicológico o nuestro ámbito social y relacional.

1.Beneficios en nuestra salud física

La acción de perdonar se relaciona con una mejora en distintas funciones corporales, beneficiando de este modo nuestra salud física. Se observa: una disminución de la frecuencia cardiaca, relacionada con una mayor tranquilidad y con ello una disminución del riesgo de sufrir una accidente vascular; una reducción de los niveles de cortisol que es una hormona vinculada con el estrés (niveles más bajos de cortisol se relacionan con menos estrés); y mejora la calidad del sueño, disminuyendo los trastorno vinculados con este proceso, como es el insomnio.

También se ha obtenido: una disminución del dolor, de la fatiga y de los síntomas somáticos; y una mejora del sistema inmunológico que se activa ante posibles patógenos o patologías protegiendo nuestra salud. Esta mejora de nuestro estado de salud comporta una disminución de la probabilidad de desarrollar una enfermedad física y por tanto una disminución de la necesidad de uso de medicamentos relacionados con la intervención de estas enfermedades.

2. Beneficios en nuestra salud mentalPerdonar ayuda también a conseguir o mantener un buen estado mental, equilibrado. Se ha observado que si perdonamos, ya sea a otros o a nosotros mismo, disminuye la sintomatología depresiva y la ansiedad, mejorando así nuestro estado de ánimo.De esta forma, nos ayuda a estar mejor con nosotros mismos, mostrar un nivel de autoestima más elevado, ser más flexibles ante los posibles sucesos que puedan acontecer, pacientes, no todo siempre saldrá como pretendíamos y menos tolerantes y rencorosos.

Del mismo modo, también se ha visto beneficiada nuestra actitud o comportamiento con los demás: mostramos mayor empatía, entender y ponernos en el lugar de otro, como hemos dicho antes todo el mundo puede equivocarse y tener posibilidad de ser perdonado; menos hostilidad y más amabilidad favoreciendo así el establecimiento de relaciones más sanas.

La salud mental es una variable indispensable para lograr estar bien, por este motivo es tan importante perdonar para poder aliviar la preocupación y el malestar cognitivo y emocional.

3. Beneficios en el ámbito social

Como es de esperar el perdón favorece también a las relaciones sociales, ya sean entre amigos, familiares o personas con menor vinculación. Perdonar permite proseguir teniendo una buena relación con una persona o cortar la relación, pero habiendo aceptado lo que pasó y poder pasar página.

Esta mejora que se observa entre los sujetos que tuvieron el conflicto también se puede generalizar a otras relaciones. Es decir, perdonar como hemos mencionado comporta un mejor estado personal y una mejor relación con el sujeto perdonado, por tanto se facilitará una mayor predisposición a interactuar y recibir de modo positivo a otras personas.

¿Cómo trabajar el perdón?

Así pues, el perdón es una acción compleja que debemos trabajar para lograr conseguir que este sea sincero y nos beneficie. Como ya hemos dicho, perdonar no es solo decir a alguien que lo perdonamos, es necesario también que hagamos un proceso para aceptar y perdonar realmente lo que pasó. Con este propósito podemos seguir algunos consejos que nos pueden ayudar a entrenar la acción de perdonar.

1. Conocer qué comporta perdonar

Aunque parezca obvio un factor muy importante para perdonar es saber qué comporta y qué significa el perdón. Como hemos mencionado antes, perdonar no quiere decir olvidar, pero sí que debemos disminuir el rencor y la culpa.

En definitiva, es aceptar lo que sucedió, trabajar en ello para que el malestar que nos producía disminuya y poder pasar página, seguir adelante pese a tener recuerdo de lo que ocurrió.

2. Busca tu liberación

Al final lo que conseguimos al perdonar es liberarnos a nosotros mismo del malestar, ansiedad, sensación negativa que comporta estar enfadado o disgustado. Por esta razón, la intención no será reconciliarnos con la persona o hacer que esta se sienta mejor, estos hechos pueden ocurrir pero para lograr que el proceso sea sincero y lo hagamos por voluntad propia, tenemos que actuar con el propósito de favorecer nuestro estado.

3. Reflexionar sobre el comportamiento a perdonar

Como hemos apuntado, perdonar es un proceso y como tal necesita tiempo y trabajo para conseguir realizarse correctamente, alcanzar el propósito deseado. Puede ayudarnos a reflexionar sobre qué es lo que queremos perdonar, por qué nos dolió, con qué propósito queremos perdonar… De este modo, dedicándole tiempo a tratar el motivo del enfado y de querer perdonar será más probable que consigamos que, en caso de querer seguir con el proceso, la conducta de perdonar sea sincera.

4. Focalizarse en conseguir un perdón sincero

Para lograr que el perdón sea sincero debemos aceptar lo que sucedió, y tratar de seguir adelante sin guardar rencor y sin la intención de vengarnos. Como ya sabemos, al final, a quien más daño hacemos no perdonando es a nosotros mismo ya que no logramos disminuir las malas emociones y cogniciones y estas perduran y se mantienen repercutiendo en otros ámbitos de nuestra vida.

5. Intenta modificar la percepción del problema

A veces la falta de flexibilidad puede dificultar el perdón. Intentar valorar el problema desde distintas perspectivas, de un modo más objetivo, tratando, en la medida de lo posible, disminuir nuestra implicación en él. Es decir, percibirlo como si fuera un hecho externo a nosotros puede ayudarnos a disminuir la intensidad de las emociones implicadas y facilitar el proceso de perdón.