«Yo les prometo que el día viernes va a empezar otra guerra. La guerra contra la inflación en Argentina. Vamos a terminar con los especuladores y pondremos las cosas en orden», con esas palabras se anticipó el primer mandatario argentino a las cifras alarmantes del nivel inflacionario que diera a conocer el Indec poco después.
En momentos en que el mundo atraviesa una guerra que cuesta vida, pérdida de hogares y un coletazo económico que se hará sentir en todo el planeta (la ONU ya habla de gran hambruna en Ucrania y problemas en todas partes) las palabras del presidente suenan poco felices para hacer referencia a medidas anti inflacionarias que, hasta la mañana del miércoles, ni siquiera estaban en borrador. Todo parece una expresión de deseo, un «algo hay que decir», en medio de aumentos de servicios, de precios, de combustibles, menos de porcentajes salariales dignos y acordes con el momento. Es decir, todo es más de lo mismo en una Argentina que parece haberse aconstumbrado a este estado de cosas lamentable.
«Se están estudiando todas las medidas posibles para llegar al mejor plan. En un par de días va a estar armado y consensuado. En principio se anunciaría este viernes», precisaron fuentes de la Casa Rosada.
Además, indicaron que hasta el momento no hay ninguna medida definida sino que «son todas posibilidades», motivo por el que aún no se anunció cuáles serán las iniciativas que formarán parte del plan inflacionario.
Algo seguramente se hará, aunque, como sucede en las últimas décadas para un mal endémico como la pobreza, los resultados están por verse.
Según el Indec, y de acuerdo con sus fórmulas, la inflación de febrero se ha situado en el 4,7% y en los últinos 12 meses el índice fue de 52,3%. Claro que estas cifras son generosas si se las compara con las de la realidad, especialmente esa realidad que se vive en las góndolas, en las cajas de los supermercados cuando se debe pagar el alimento y productos necesarios para la vida. En ese caso la inflación de febrero pasa el 7% y la de los últimos 12 meses el 52,3%
Ningún resultado positivo tuvieron las medidas de control de precios adoptadas de la Secretaría de Comercio Interior.
En este marco, causa sorpresa que algunos gremios estén aceptando aumentos salariales en cuotas que no alcanzan siquiera a cubrir el porcentaje inflacionario, con lo que el poder adquisitivo de los trabajadores va en baja. La aceptación, tal vez, tenga que ver con el contexto político.
No quedan dudas, para muchos observadores, que algunas situaciones tienen que ver con el acuerdo al que se ha llegado con el FMI (ajuste) y de allí que una parte del Frente de Todos, con los líderes de la Cámpora a la cabeza, al menos públicamente estén cuestionando al Gobierno y se despeguen de una serie de medidas con las que no están de acuerdo ¿Quién puede estar de acuerdo con la situación económica y social?
Según el presidente el viernes comenzará otra guerra. Hasta ahora solo se conoce que probablemente habrá aumentos de retenciones a las exportaciones, y esto tiene que ver con recaudar, pero no con resolver el problema inflacionario.
Muchas palabras, como siempre, pero escasas medidas tendientes a mejorar una situación social preocupante en muchos aspectos y no solo el económico. No se puede disimular la verdad frente a la notoria realidad.
Carlos Alberto Duclos