Salud y bienestar

Salud mental: las consultas en la pandemia y los problemas de adaptación a la nueva normalidad

Por Sofía Dalonse

La pandemia de coronavirus configuró completamente la forma de vivir de la población. Las rutinas, las relaciones y las costumbres se vieron alteradas por esta enfermedad que impuso, entre otras cosas, el distanciamiento social.

Este escenario completamente nuevo y desconocido, sumado al constante temor a contraer el virus, impactó en mayor o menor medida en la salud mental de todas las personas y, consecuentemente, los especialistas en el área se vieron colapsados ante el incremento de consultas.

CLG dialogó con la psicóloga con orientación Gestáltica Luciana Paciarotti (Mat. 8098), quien hizo referencia a esta cuestión y analizó en profundidad las problemáticas que surgieron en este contexto.

«El aumento de casos fue increíble desde que comenzó la pandemia. La afluencia de pacientes de todas las edades se dio con las distintas cuarentenas que se fueron determinando. No lo digo solo desde mi experiencia, sino también por lo que hablé con mis colegas con quienes estoy en permanente contacto. Todos observamos muchísima demanda, sobre todo cuando se decretaban las cuarentenas estrictas», señaló.

Al referirse a los temas más recurrentes en los que versaron las consultas destacó el estrés, miedo, tristeza y soledad. Pero consideró que el principal problema fue la ansiedad. «La ansiedad relacionada a toda situación, ya que nadie esperaba ni se imaginaba la llegada del covid. Nos modificó a todos nuestra rutina con todo lo que eso implica, las relaciones dentro del hogar, mucha gente perdió su trabajo. Muchos factores influyeron en cómo sobrellevarlo», expresó.

En la misma línea, afirmó que los jóvenes fueron los que más se vieron afectados por esta cuestión: «El hecho de estar inmersos en un contexto de enfermedad constante el cual logró convertirse en el centro de nuestra vida, hablar todo el tiempo de la cantidad de contagios y muertes, la posibilidad de contagiarme y contagiar a mis seres queridos. La ansiedad en relación a eso se vio mucho, sobre todo en jóvenes, con mucho miedo y sentimiento de culpa».

La especialista sostuvo que la pandemia fue muy perjudicial para la salud mental de gran parte de la población fundamentalmente por la incertidumbre que surgió en torno al contexto la cual incrementó los niveles de ansiedad: «Qué va a pasar, cómo va a pasar, hasta cuándo, si va a volver a repetirse, los riesgos… toda esa incertidumbre llevó a aumentar la ansiedad y cuando eso ocurre me desconecto del presente, estoy en el pasado o, por lo general, en el futuro y conectado con lo que puede llegar a pasar, y eso es muy negativo», aseveró.

En este sentido, explicó que desde la terapia Gestal apuntan a trabajar la conexión con el presente: «Obviamente que es imposible desconectarse al 100 de lo que puede llegar a pasar, de hecho es necesario muchas veces tener la capacidad de anticiparse. Pero el punto es no tener constantemente pensamientos catastróficos en relación a lo que pueda llegar a suceder. Por eso buscamos distintos ejercicios, dándole lugar a esas preocupaciones. Se trata de eso que no puedo controlar, entonces se debe tomar lo que si puedo controlar, los recaudos que puedo tomar, etcétera».

Finalmente, Paciarotti consideró que con la reapertura y la flexibilización de las restricciones de la nueva normalidad, en muchos casos implicó una readaptación que impactó en la salud mental: «Estoy viendo muchos pacientes que le cuesta retomar el contacto con otras personas, estar en lugares con mucha gente, salir a un boliche, ir a un comercio; cuestiones que antes de la pandemia eran normales y ni las teníamos en cuenta. Hay muchos casos de gente con angustia por esta situación y otros de ansiedad, el hecho de sentirse ahogado o preocuparse y no sentirse cómodo».

Para concluir, destacó la importancia de tener en cuenta que debe tomarse el proceso con total normalidad y que cada persona tiene sus tiempos para readaptarse a la situación: «Es importante aumentar el registro de lo que me está pasando, cómo me siento, hasta dónde está bien para mí. Tengo pacientes que han dicho que llegan a la puerta de un boliche y se quieren volver porque no se sienten cómodos, otros eligen no sacarse el barbijo. Es fundamental darse ese tiempo, dado que forzar situaciones puede no ser favorable; es importante que el proceso sea gradual», cerró.