Música

María Becerra apasionó a su público teen con un show virado al pop

Por Martín Olavarría 

La cantante de trap María Becerra colmó este viernes con su público adolescente el teatro Gran Rivadavia y repasó temas de su disco «Animal» con versiones un poco más llevadas hacia el pop que al reggaetón.

Figura de la música urbana local y regional, nominada en los últimos Latin Grammy en la categoría de nuevo mejor artista, Becerra se encuentra concluyendo una serie de 22 shows en el Gran Rivadavia que culminarán con presentaciones hoy y mañana y durante la primera semana de diciembre.

Acompañada por una banda compuesta por dos percusionistas, trombón y trompeta, teclado, bajo, guitarra y dos coristas, la joven influencer de 21 años provocó salió al escenario vestida con un conjunto naranja y negro y pidió a la concurrencia, sentada, que se pusiera de pie para «bailar y perrear».

Con la participación de ocho bailarines, la primera tanda de temas abarcó «High», «Tú me lo haces fácil», «Tu lady», «Acaramelao», «No eres tú, soy yo», «Qué más pues» y «Cázame», que fueron interpretados de forma algo diferente a su versión estudio para alejarse un poco del reggaetón y acercarse a un sonido más pop.

En el público, mayoritariamente compuesto por chicas adolescentes, también había varios niños y madres acompañándolos, lo que ponía al espectáculo más del lado de un show familiar que de lo que se suele esperar de los recitales de reggaetón, tradicionalmente más sexualizados y con bailarinas haciendo el infaltable «perreo» que caracteriza a ese género caribeño.

En este caso, las elecciones estéticas y coreográficas confluyeron perfectamente con el público teen y las familias.

Si bien casi nadie del público usó barbijos, a cada espectador se le entregó uno al ingresar con la leyenda «Animal» impresa a modo de souvenir pospandémico.

El mes pasado, Becerra había sido parte de un show en Punta del Este en el que, junto a otros artistas que participaron en un festival, estuvo en medio de una polémica porque el público no usó barbijos y las autoridades uruguayas tuvieron que intervenir y abrir investigaciones al respecto.

Promediando el concierto, para la tanda de temas lentos, la youtuber hizo su primer cambio de vestuario y apareció con un conjunto blanco, mientras que el bajista y guitarrista se pasaron a instrumentos electroacústicos y se sentaron en banquetas para acompañar a Becerra en esa fase más introspectiva del show.

Los lentos incluyeron «Episodios», «Perdidamente», «Confiésalo» -canción que grabó con su novio y colega trapero, RusherKing- e «Hipnotiza’», track sobre el que dijo al público que «es importante normalizar sobre lo que habla y no tener miedo», que narra un romance entre dos mujeres.

Para los temas lentos, la cantante pidió al público alzar las manos y encender las linternas de los celulares, efecto que iluminó todo el teatro, a diferencia de cuando, tiempo atrás, se hacía lo propio con encendedores y se generaba un ambiente más íntimo en penumbra.

Ese guiño generacional también se sugirió desde el principio del espectáculo, cuando la locutora del evento aclaró que, a diferencia de otros shows, en este caso se promovía sacar fotos y hacer grabaciones, lo que validó que muchas de las teens presentes vivieran todo el recital a través de la pantalla de sus celulares en lugar de mirar el show en sí.

Para la etapa final, volvió el reggaetón y Becerra cambió a un vestuario verde oscuro y negro para interpretar «Wow wow», «A solas», «Mi debilidad» y «Cerquita de ti», que cerró con punteos rockeros que agregaron variedad al tema original.

Ya en los bises, sonó «Dime cómo hago» y un fan logró subirse al escenario, con buena recepción de parte de Becerra, quien bailó con el adolescente y cantó de su mano para darse un largo abrazo al final del tema.

«Antes de ti», otro de los temas que grabó con su novio; «Miénteme», en el que colaboró con Tini Stoessel, y «Animal» cerraron el concierto, en el que esta vez sí hubo un breve «perreo» de parte de las bailarinas, que no llegó a desentonar con el espíritu del show y de la artista, que procura sacar al reggaetón del machismo en el que se supo manejar el género en sus comienzos.

Tras nombrar a los integrantes de la banda y los bailarines y sacarse una foto masiva con el público, María Becerra se retiró en medio de gritos adolescentes emocionados que la aclamaban y despedían, como una verdadera popstar.