Estudios in vitro y preclínicos demostraron que un fármaco empleado para tratar la hipertensión y la insuficiencia cardíaca logró reducir de modo significativo la cantidad de parásitos que causan la enfermedad de Chagas, informó este jueves un estudio publicado.
La Agencia CyTA-Leloir agregó que, de confirmarse estos resultados en humanos, «ofrece una luz de esperanza para millones de pacientes crónicos».
El medicamento en cuestión es un betabloqueante, carvedilol, y la investigación fue liderada por científicos del Instituto de Histología y Embriología Dr. Mario H. Burgos (IHEM), en Mendoza, y puede representar otro «reposicionamiento» de fármacos ya aprobados en otras indicaciones.
Hasta el momento hay solo dos viejos antiparasitarios aprobados para tratar esta enfermedad, benznidazol y nifurtimox, que actúan sobre el parásito Trypanosoma cruzi y están especialmente indicados en la fase aguda.
En la etapa crónica, su empleo debe ser analizado por el médico especialista, tanto por la menor eficacia del tratamiento como por sus efectos adversos.
«Es muy importante descubrir nuevos tratamientos para la fase crónica de la enfermedad. Hasta el momento, nuestros ensayos indican que carvedilol reduciría los niveles de parasitosis en el período de infección aguda», explicó Patricia Romano, líder de la investigación del IHEM, dependiente del Conicet y de la Universidad Nacional de Cuyo (Uncuyo).
En un trabajo previo, Romano y colegas demostraron que la autofagia parasitaria (un mecanismo que le permite a las células reciclar su propio material y sobrevivir) era un proceso vital para la supervivencia del parásito del Chagas y que podía ser un potencial blanco para afectar el ciclo de vida parasitario.
En el nuevo estudio, los investigadores demostraron que carvedilol inhibe la autofagia parasitaria y reduce significativamente la infección.
«Al bloquear este proceso, el parásito no puede reproducirse en el interior celular e incluso termina muriendo», subrayó Romano.
De acuerdo con el estudio, carvedilol fue capaz de reducir la infección celular un 50% en comparación con las células no tratadas, mientras que los niveles de parasitosis en ratones tratados se redujeron un 25% respecto de los ratones del grupo control.