Una de las islas más codiciadas de Miami, a la que no puede ingresar nadie, excepto los ricos o sus amigos, es Indian Creek, búnker de grandes magnates, también es el refugio de Julio Iglesias. El cantante español, que puso de moda cientos de canciones en todo el mundo, pasa sus días ahí, en ese paradisíaco lugar en la península de Florida. Tiene salida al Atlántico y a la bahía Vizcaína, la seguridad más absoluta ya que se controla el paso por tierra y por el mar de cualquier curioso que quiera espiar a las estrellas en sus muelles privados o pasear en sus yates.
Julio Iglesias se convirtió en el rey indiscutible del búnker de los millonarios. Trascendió que llegó a invertir una fortuna que asciende a cerca de 112 millones de dólares en cinco propiedades, según el valor de mercado actual de las casas del registro oficial del condado de Miami-Dade. Pero su nombre no aparece en el registro de la propiedad porque está oculto detrás cinco sociedades registradas en Islas Vírgenes Británicas.
Los documentos que acreditan que es el beneficiario de estas compañías son parte de Pandora Papers, un trabajo periodístico coordinado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). El cantante español está vinculado a 20 sociedades creadas y gestionadas por un estudio de abogados especializado en el registro de sociedades offshore. Iglesias comparte la propiedad de 16 de esas firmas de papel junto a su esposa, Miranda Rijnsburger. Las otras cuatro sociedades están sólo a su nombre.
Además de las cinco mansiones en la isla, las sociedades se han utilizado para adquirir otras seis viviendas más modestas en Miami, todas cerca de Indian Creek, en el barrio de Surfside, por un valor total de casi u$s4 millones. La offshore G-450 Holding Limited también le sirvió a Julio Iglesias para comprarse un avión privado.