Rojeces, venas rojas, granos inflamados (similares a los del acné), ardor, picor… son los síntomas más habituales de la rosácea, una patología inflamatoria crónica de la piel. Suele manifestarse en personas adultas, a partir de los 30, en la zona central del rostro: mejillas, frente, nariz y barbilla. Afecta por igual a hombres y mujeres, aunque es más habitual en personas de piel clara.
Según los dermatólogos, no hay una única causa que provoque su aparición, sino diversas. La genética puede ser determinante, pero hay factores externos que pueden estar detrás de un brote de rosácea, como explican desde la unidad de dermatología del Instituto Médico Láser. «Se ha relacionado con la exposición crónica a temperaturas extremas, con el ejercicio y con el consumo de alcohol, factores de acción vasodilatadora. La presencia de Helicobacter Pylori en la mucosa del estómago entra así mismo, dentro de las causas posibles». Otros factores que pueden desencadenarla son los alimentos picantes, el estrés, la exposición al sol, los baños o las bebidas calientes.
El uso de la mascarilla puede empeorar el estado de las pieles con rosácea, según un estudio realizado por la compañía farmacéutica Galderma. Por eso, desde Galderma insisten en la importancia de visitar al dermatólogo para tratarla y evitar que empeore. Además de las marcas en la piel, la rosácea, como el acné y otras enfermedades cutáneas, afecta también a la autoestima de los pacientes, por la vergüenza y la ansiedad que puede provocar ante el rechazo social. Para concienciar sobre la importancia de tratarla adecuadamente, Galdema ha puesto en marcha una campaña de concienciación y visibilidad de la rosácea (#MuestraTuRosacea con la web: www.encaralarosacea.com). De la misma manera también es interesante que famosos como Dani Martín, Paula Vázquez o Sofía Vergara hayan hecho público que sufren rosácea.
Qué cuidados necesita una piel con rosácea
Al tratarse de una piel reactiva, es importante utilizar productos formulados para pieles sensible. Leonor Prieto, directora científica de La Roche-Posay, explica que «a nivel dermocosmético, lo esencial es la limpieza, la hidratación de la piel y la protección solar, así como los productos de color». Para limpiar la piel, sobre todo cuando hay un brote de rosácea, la experta aconseja «usar productos que no necesiten aclarado, como las aguas micelares. Es importante no frotar, porque en la piel hay terminaciones nerviosas que se activan mecánicamente cuando frotamos o masajeamos en exceso, por lo que debemos limpiar la piel suavemente».
Tan importante como la limpieza es la hidratación, que ayudará a mantener la barrera cutánea y evitar la sequedad que puede provocar picores y otras molestias. Leonor Prieto recomienda elegir «cremas ligeras o brumas hidratantes adaptadas a las pieles sensibles con activos hidratantes como el ácido hialurónico, la glicerina o los derivados de la filagrina. Además, podemos buscar activos calmantes y reguladores de la microcirculación como la niacinamida, la alantoína, la centella asiática, etc».
La rosácea se agrava con el sol, así que tampoco puede faltar la fotoprotección, adaptada a la piel sensible. Si se va a estar en el exterior, además de las cremas solares con alta protección (SPF50+), conviene utilizar también protección física (sombreros, gorras, etc). Estefanía Ferrer, ingeniera química y fundadora de LICO Cosmetics, aconseja elegir «cremas con filtro mineral (que contenga óxido de zinc, dióxido de titanio o ambos)».
Otros cuidados complementarios e interesantes para las pieles con rosácea son las aguas termales, que ayudan a refrescar y calmar la piel, para aliviar los picores. Por otra parte, Estefanía Ferrer señala que «el principio activo que mejor funciona para tratar la rosácea es el retinol (siempre bajo prescripción de un dermatólogo). Pero al ser una piel reactiva, otra opción es utilizar retinoles-like, como el bakuchiol (bautizado como el retinol vegano), que no es reactivo o fotosensible, y que, al haber sido extraído de una planta, no ocasiona problemas de reacciones o sensibilidades y por lo tanto se puede utilizar en cualquier tipo de piel, incluidas las sensibles, tratando y evitando las rojeces y la inflamación».
En las pieles con rosácea hay que evitar cualquier tratamiento agresivo como los peelings, las exfoliaciones, así como activos irritantes como el ácido glicólico y otros alfahidroxiácidos y betahidroxiácidos o la vitamina C.
¿Se puede maquillar en una piel con rosácea?
Utilizando productos para pieles sensibles no hay ningún problema, ni siquiera cuando existe un brote activo de rosácea. Leonor Prieto aconseja «los productos ‘todo en uno’ que combinan hidratación y cuidado específico, protección solar alta y un aporte de color de cobertura media. Son ideales para cuidar la piel de forma muy sencilla y eficaz, y nos van a dar un buen aspecto, evitando que la rojez sea lo que más destaque en el rostro. Si la alteración del rostro, bien la rojez o los granos inflamados son más evidentes, y queremos cubrir más, entonces yo me decanto por un maquillaje corrector que esté probado en pieles sensibles. Nos va a dejar un aspecto natural y una cobertura perfecta».
Bótox y láser para mejorar la rosácea
Aunque es una enfermedad crónica, la rosácea se puede mejorar. En el Instituto Médico Láser combinan antibióticos por vía oral, preparaciones sulfuradas, metronidazol y ácido retinoico, entre otros, con bótox y láser para reducir el número de brotes. Según explica el equipo de dermatología, la toxina botulínica «inhibe los mediadores de la inflamación producidos por los mastocitos, que cumplen un papel fundamental en el desarrollo de la rosácea. Se administra en suave concentración y número variable de sesiones (entre 1 y 4)». Respecto al láser vascular de doble emisión «elimina las rojeces, al coagular los capilares dilatados que las originan. Entre 1 y 4 sesiones, espaciadas cada mes y medio, son suficientes para borrar incluso los vasos más finos. También recomendamos el láser ablativo y fraccional de CO2 para eliminar el engrosamiento de la piel en la nariz que caracteriza a la Rosácea Fimatosa. Solo se requiere una sesión para rebajar los bultos característicos y la dilatación exagerada de los poros».
Fuente: ABC