Justo el lunes, el día de la lucha por los derechos de la mujer, Marcela consiguió la medicación para poder iniciar el tratamiento que inicialmente le había indicado su oncólogo para obtener una mejor calidad de vida, ante un cáncer que hizo metástasis en la zona del cuello, pulmón y zona pectoral.
Una hora después, Marcela recibió un llamado del área de Farmacia. Le avisaron que desistiera de concurrir a las 14.30, tal como estaba citada, porque había una reunión para abordar su caso. “Me dijeron que esperara, que iba a haber una respuesta favorable”, agregó.
“Para esto ya había llegado la citación del abogado, que tuvo mucho que ver. Después me llamaron y me aseguraron que el tratamiento estaba aprobado, que el lunes iba a estar mi medicación en Plottier. Aunque lo necesitaba en una clínica de Neuquén”, objetó.
Luego de una serie de contratiempos y de esperas, finalmente la medicación estuvo en la clínica y este lunes pudo acceder al tratamiento por el que tanto lucharon ella y su familia.
“Me empezaron a pasar la medicación y en ese momento sentí mucha alegría. Luego sentí frío y estuve adormilada. Me dormí todo. Quise brindar y celebrar por el día de la mujer y por haber ganado el tratamiento”, contó Marcela.
Pero en ese momento tuvo sentimientos encontrados. “En mi cabeza fue como que me pasó algo raro, empecé a pensar que quería brindar por una medicación para poder vivir, para poder seguir. No fue nada lindo, fue feo. Me dio angustia, me di cuenta que voy a tener esto toda mi vida”, agregó.
Sintió temor de que en cualquier momento le falle la medicación. “Ayer me cayó la ficha, estuve muy ocupada luchando por mi tratamiento. Me dijo mi oncólogo que esta medicación me va a dar una mejor calidad de vida, que no voy a tener muchos efectos secundarios, no se me va a caer el cabello”, señaló Marcela.
Su marido murió el pasado 26 de noviembre. Ni ella ni sus hijas alcanzaron a realizar el duelo porque al día siguiente, la mujer ya estaba enferma y a los pocos días recibió la confirmación de que el cáncer había hecho metástasis. “Estaba ocupada en lograr mi tratamiento y era como que me había olvidado que estaba enferma. Son dos cosas muy fuertes que vivió mi familia, se vive un clima de dolor. Tenemos que tratar de salir adelante”, cerró la enfermera, que pasó 36 años trabajando en el sistema público de Salud.
Fuente: www.lmneuquen.com