Unas 317 adolescentes fueron secuestradas de un colegio en Nigeria tras un ataque de un grupo de hombres armados, mientras que las autoridades ya iniciaron el operativo para encontrarlas.
«La policía de estado de Zamfara y el ejército lanzaron una operación común para dar auxilio a las 317 estudiantes secuestradas por bandidos armados en el pensionado de chicas de Jangebe», informó el portavoz de la policía local, Mohammed Shehu, en un comunicado.
«Llegaron a la escuela con vehículos, luego forzaron a algunas de las chicas a irse con ellos», declaró Sulaiman Tunau Anka, vocero del Gobierno local, a la agencia de noticias AFP.
Un profesor dijo que 600 adolescentes se encontraban en los dormitorios del colegio de pupilas durante el ataque y que solo «unas cincuenta fueron halladas».
Precisó que las chicas que no aparecieron pudieron haber sido secuestradas o haberse escapado.
Fuerzas de seguridad fueron desplegadas en la zona para «perseguir a los criminales», dijeron autoridades locales.
Este presunto secuestro es el último de una serie de hechos similares perpetrados en el centro y noroeste de Nigeria por grupos criminales que aterrorizan a la población, roban ganado y saquean los pueblos.
La semana pasada unas 40 personas, entre ellas 27 estudiantes, fueron secuestradas en Kagara, estado de Níger, en el centro oeste de Nigeria, y 344 adolescentes habían sufrido la misma suerte a principios de diciembre en Kankara, en el estado de Katsina.
En el más reciente de los casos, el presidente nigeriano Muhammadu Buhari lanzó una operación de rescate y actualmente están en curso negociaciones con los secuestradores, pero los rehenes aún no han sido liberados.
En el caso de las adolescentes de Kankara, fueron liberados tras una semana de cautiverio y negociaciones entre las bandas y los gobiernos locales.
El secuestro causó conmoción mundial y trajo a la memoria el de más de 200 niñas por parte del grupo islamista Boko Haram en Chibok, el el noreste de Nigeria, en 2014.
Estas bandas criminales están impulsadas por la codicia, pero algunas tienen vínculos con grupos yihadistas presentes en el noreste, a unos cientos de kilómetros.
Se ocultan a menudo en el bosque de Rugu, que abarca cuatro estados: Katsina, Zamfara, Kaduna y Níger.
Desde hace años, practican secuestros a cambio del pago de un rescate atacando pueblos o colectivos en cruces carreteros. Pero en los últimos meses han multiplicado los ataques contra las escuelas.
La violencia criminal de estos grupos causó más de 8.000 muertos desde 2011, y ha forzado a más de 200.000 personas a huir de sus casas, según un informe del grupo de reflexión Crisis Group (ICG) publicado en mayo de 2020.