El postparto o puerperio es el período que va desde el parto hasta que la mujer se recupera anatómica y fisiológicamente. El tiempo que se extiende depende de si se trató de una cesárea o un parto natural. Generalmente, tiene un promedio de seis semanas que se conoce como «cuarentena».
Los entuertos, los loquios, la aparición de las hemorroides y los cuidados de los puntos de la herida de cesárea o episiotomía son solo algunos de los retos que la nueva madre debe afrontar.
Los loquios son un líquido normal expulsado por el útero durante su proceso de involución y curación de la herida dejada al momento del desprendimiento de la placenta. Se caracterizan por no tener mal olor y la cantidad de sangre varía. Hay tres tipos de loquios: el de los primeros tres días que es sangre fresca; el posterior que es más pálido; uno amarillento final que concluye a las 4-6 semanas.
Los entuertos, por su parte, son contracciones uterinas dolorosas que se producen los primeros días luego del parto. Duelen menos que las del parto porque no se produce una dilatación del cuello uterino. Aparecen por la regresión del útero a su estado habitual. Esto puede tardar hasta 6 semanas en culminar.
Las hemorroides son venas hinchadas en el ano y la parte inferior del recto. Durante el postparto pueden surgir debido al esfuerzo de expulsión del bebé. Una de las cosas tabú que nadie menciona es el estreñimiento que se asocia.
La episiotomía es una incisión que se hace en el perineo durante el parto. Es necesaria si el hombro del bebé está atorado detrás del hueso pélvico de la madre, si el pequeño tiene una frecuencia cardíaca anormal o si necesitas un parto vaginal instrumentado.
La cesárea, por otro lado, es una intervención quirúrgica en la que se hace una incisión en el abdomen y el útero de la madre para extraer a un bebé. Esto deja cicatrices que deben tratarse con cuidado durante el periodo postparto.
Una de las zonas más sensibles durante el postparto son las mamas, ya que se han estado preparando para la lactancia. Pueden aparecer complicaciones, como la mastitis o las grietas del pezón.
Cinco consejos para superar tranquilamente el postparto
1. Cuidado de la cesárea y episiotomía
Para cuidar la herida de la cesárea hay que mantener el área, lavándola con jabón neutro y agua, sin frotar. En el caso de que tuvieras una episiotomía, mantén la zona alrededor de los puntos de sutura seca con una toalla limpia luego de cada baño.
2. Cómo defecar con hemorroides luego del parto
No es conveniente esforzarse demasiado en el baño luego de un parto, de manera que no apliques tensión excesiva en la herida.
Por lo tanto, se recomienda comer alimentos con fibra, como la avena, la alcachofa o el pan integral. También puedes ingerir algún laxante o usar supositorios de glicerina. Recuerda que estos deben ser prescritos por un profesional para no caer en el error de empeorar una situación de estreñimiento.
3. Para reducir el dolor por entuertos
Para reducir la molestia por los entuertos se recomienda masajear despacio el útero cuando haya alguno. Esto es para favorecer que la contracción sea continua y no produzca un dolor tan intenso.
También se recomienda orinar de manera frecuente, ya que la vejiga llena de orina dificulta la contracción uterina y hace que sea más dolorosa. Otro consejo es tomar analgésicos recetados por algún especialista. Esto último es clave, ya que si estás amamantando no puedes ingerir cualquier fármaco.
4. Cómo lidiar con los loquios
En el caso de los loquios el cuidado es más sencillo. Se recomienda reposo, evitar esfuerzos y usar compresas femeninas con un alto grado de absorción. En especial durante los primeros días, en los que se pierde mayor volumen de sangre.
5. Para la lactancia
No te agobies durante los primeros momentos de la lactancia. Todas las mujeres son distintas y no siempre inicia igual. Luego de una cesárea es común que no salga leche al principio, por lo que no desesperes si este es el caso.
Para comenzar a dar pecho debes buscar un lugar cómodo, ponerte en posición recta y acomodar a tu bebé. La succión le dará a tu cerebro la señal para que eleve los niveles de prolactina, que hacen que la leche se produzca.
Si el especialista te diagnostica mastitis, se recomienda evitar que las mamas estén demasiado llenas de leche antes de amamantar, aplicar compresas frías después de hacerlo, usar un sostén cómodo que sujete bien y descansar mientras sea posible.
Fuente: Mejor con Salud