La hermana Mónica es revolucionaria, transgresora, inconsciente, magnánima, intrépida, tímida y parca de palabras, pero de movimientos ágiles. Muchos se preguntaban antes de conocer su historia quién era esa monja que ayudaba a mujeres transexuales.
También otra pregunta era si la Iglesia aceptaba a una monja que hizo votos de castidad, pobreza y obediencia y que ayuda con comida, con palabras y oraciones a hombres travestidos de mujeres. Ella ha abierto las puertas de la Iglesia Católica a personas que siempre se han sentido rechazadas. Muchos valoran su acción y otros la critican pero a ella nada la detiene y lucha para que no sean discriminadas quienes han cambiado su identidad y trabajan en la prostitución. Trata de mostrarles otro camino y subirle la autoestima, que entiendan que pueden realizar muchos trabajos y dejar de prostituirse para sobrevivir. Y lo ha logrado.
Mónica Astorga Carmona es madre superiora de las Carmelitas Descalzas de Neuquén y hace más de 15 años que acompaña a las chicas trans, todos los que golpean a su puerta son atendidos. En varias entrevistas ha asegurado que siempre la movió el tema de descubrir a las personas que están en la periferia, que son rechazadas, olvidadas. Está convencida que esas son las personas que ella tiene que sostener.
En el libro de María Laura Favarel se cuenta en detalle la vida que lleva la hermana Mónica y se recogen testimonio de todas las personas a las que ayudó.
Sobre la autora
María Laura Favarel Nació en Rosario, el 2 de abril de 1977, y es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Austral de Buenos Aires. Trabaja como periodista en el diario La Capital de Rosario, donde se desempeñó en distintas secciones.. Realizó distintos programas de radio y trabajó en varias instituciones, a cargo del departamento de comunicación. Su pasión es descubrir testimonios de vida para poder transmitirlos, comunicarlos y compartirlos. En el año 2018 ganó el premio «Santa Clara de Asís», distinción que se otorga desde el año 1966 a profesionales y medios de comunicación por «la difusión de valores intelectuales, morales y estéticos en la promoción y defensa de la dignidad de la vida humana, el matrimonio, la familia, la educación y la cultura». La agrupación encargada de entregarlo es la Liga de Madres de Familia, perteneciente a la Acción Católica Argentina.