La presencia de tejido endometrial fuera del útero es un padecimiento que se observa con frecuencia en la práctica clínica y que se estima con una prevalencia de 1 de cada 10 mujeres que asisten a consulta ginecológica. En muchos casos, se puede asociar la endometriosis a la fatiga crónica o a una sensación frecuente de falta de energía.
El síntoma característico es un dolor muy intenso durante la menstruación que se extiende hacia la pelvis, el abdomen o la espalda. Se acompaña de sangrados menstruales abundantes que pueden ser incapacitantes y, en algunas pacientes, es causa de infertilidad.
Una buena noticia es que si se realiza un diagnóstico adecuado y oportuno se puede contar con un tratamiento acorde. El abordaje permitirá tener un periodo menstrual menos doloroso y que no impida continuar con las actividades cotidianas.
¿Qué es la endometriosis?
En condiciones normales, el endometrio, también conocido como tejido endometrial, recubre la cavidad interna del útero. Cada ciclo menstrual provoca que este tejido se prepare para recibir la implantación del óvulo fecundado.
En el caso de la endometriosis, el tejido endometrial se encuentra dentro y fuera del útero. Por fuera se localiza en forma de placas, en sitios en los que no se debería encontrar. Este endometrio que se encuentra extraño en ubicación puede situarse en cualquier lugar del abdomen y, por esta razón, el dolor o las molestias son de localización difusa.
¿Cuál es la relación entre la fatiga crónica y la endometriosis?
Al ser un trastorno ginecológico que cursa con dolor y molestias relevantes, la endometriosis puede inducir fatiga crónica por diversos mecanismos. Entre los más reconocidos por la ciencia se describen los siguientes:
– Activación del sistema inmune por un estado de inflamación permanente: en algunas pacientes, los químicos liberados por la inflamación de las placas de endometriosis producen que las estructuras anatómicas se adhieran entre sí. Entonces, el útero, las trompas, los ovarios y la vejiga se comportan como una sola masa, lo que puede comprimir las terminaciones nerviosas.
– Alteración de los patrones de sueño por molestias o dolor durante la noche: el tejido endometrial responde a la acción hormonal. Las placas de endometriosis pueden sangrar y tener inflamación cada mes, como si fuera una menstruación interna. Sin embargo, esta sangre no sale al exterior, lo que genera una mayor inflamación.
– Desgaste emocional por vivir con los síntomas: Muchas mujeres viven con endometriosis y no lo saben debido a que no se realizó un diagnóstico oportuno y completo. El dolor, las molestias y la fatiga crónica se pueden atribuir a otra causa. Esto genera ansiedad y preocupación que, a la larga, cursa con depresión.
Consejos para afrontar la fatiga crónica por endometriosis
Sin dudas, la mejor forma para afrontar un cuadro de fatiga crónica por endometriosis es buscando atención médica oportuna y completa. El tratamiento dependerá de los síntomas y es posible que se requiera una combinación de medidas higiénico dietéticas, medicamentos y hasta cirugía.
Una estrategia por parte del médico tratante es iniciar con antiinflamatorios y observar la respuesta. En caso de que las molestias o el dolor no se controlen de forma adecuada, el siguiente paso a considerar son los anticonceptivos orales. Su efecto suprime la acción de las hormonas sobre el tejido endometrial dentro y fuera del útero.
Otra opción es el uso de antihormonales, ya que su efecto consiste en reducir al máximo la producción de hormonas. Así, se produce una menopausia que es reversible al terminar. Como es de esperarse, el manejo con antihormonales puede causar otras molestias o efectos no deseados, por lo que no es lo mejor siempre.
Una dieta para reducir los síntomas
Hay mucho que se puede lograr con otras acciones que son sencillas de llevar a cabo por las propias pacientes. Una de ellas es la alimentación. Una dieta enfocada en reducir la fatiga crónica causada por endometriosis debe basarse en lo siguiente:
– Reducir la ingesta de alimentos que promueven la producción de prostaglandinas, como carnes rojas, embutidos, productos de leche entera y azúcares refinadas.
– Limitar el consumo de alimentos con fitoestrógenos, isoflavonas y flavonoides que se encuentran en semillas, como la soja o frutos secos (nueces o almendras), verduras (apio, cebolla y brócoli) y bebidas como el café.
– Evitar las bebidas alcohólicas, pues alteran la producción de hormonas femeninas. Además, la cerveza y el vino tinto contienen fitoestrógenos.
Cirugía
El tratamiento quirúrgico se reserva para las pacientes que se trataron con las opciones anteriores y cuyos síntomas no han sido resueltos. También cuando se busca una solución definitiva a un cuadro de endometriosis y fatiga crónica.
Fuente: Mejor con Salud