La práctica de algunos deportes considerados de mayor contacto estuvo casi siempre vinculada a la masculinidad: como el boxeo o las artes marciales. La defensa personal también ha sido considerada una práctica de los hombres. Sin embargo, en la sociedad en la que las mujeres viven actualmente, cada vez más cantidad de ellas se suman a su aprendizaje y práctica.
Muchas veces la eligen porque se sienten vulnerables ante lo que puede pasarles en la calle o ante los incontables casos de violencia de género, pero también es un entrenamiento muy completo y saludable. Además, tiene los beneficios de incrementar la seguridad en una misma y proporcionar recursos y herramientas para aplicar en situaciones de emergencia.
Muchas mujeres desconocen que están dotadas de condiciones anatómicas, morfológicas y mentales que les permiten alcanzar un nivel inimaginable en la práctica de la defensa personal. Ésta no sólo ayuda defenderse, sino también a mantener el cuerpo en movimiento, hacer ejercicio y hasta relajarse. La defensa personal no requiere de mucho esfuerzo ni es una disciplina imposible de conquistar.
Su gran ventaja es que las técnicas básicas las puede realizar tanto una niña, como una joven o mujer adulta. Los expertos en educación física aseguran que este tipo de protección no se tiene que ver como un “sistema de protección” solamente, sino una “práctica deportiva” o de “motivación”.
Beneficios que aporta la defensa personal
Muchas mujeres creen que esta práctica puede terminar masculinizando su cuerpo. Ese es un gran error, por lo contrario los expertos aseguran que el cuerpo naturalmente cuando se hace defensa personal se estabiliza, mejorando la condición física y el autoestima.
Algunos de los principales beneficios son:
- Marcar el cuerpo con las técnicas adecuadas.
- Se pueden quemar alrededor de 2.000 calorías en un entrenamiento de hora y media.
- Se trabajan y modelan los brazos, las piernas, los hombros, la cintura, el abdomen, los glúteos y la espalda.
- En 3 meses ya se notan cambios significativos en el cuerpo y en la seguridad.
- Aumenta el autoestima, la confianza y la seguridad.
Sin dudas, la defensa personal es una opción para mejorar el físico, la mente y la seguridad en estos momentos donde es más necesario que nunca tener una reacción efectiva ante cualquier hecho de inseguridad.
En las clases, se aprende desde el primer día, sobre todo porque enseñan a aprovechar la fuerza del adversario, algo que no es fácil deducir si no se conoce la técnica.