“Fragmentos de una mujer”, con la dirección de Kornél Mundruczó y la producción de Martin Scorsese, es una película estrenada en Netflix el pasado miércoles que pone sobre el tapete un tema tabú: la pérdida de un hijo. Martha (Vanessa Kirby) espera su primer hijo con su pareja Sean (Shia LaBeouf). Los primeros minutos de la película muestran los últimos preparativos para la llegada del bebé y casi media hora de una representación realista y gráfica de un parto casero. La matrona no está disponible, envía un remplazo y se produce la muerte.
Con un brutal comienzo, el film está comprometido al contar la horrible verdad sobre una pérdida tan devastadora que es casi tabú. Esa primera es sólo una de muchas escenas profundamente incómodas.
Martha intenta seguir adelante con su vida, pero constantemente recuerda lo que pasó, ve niños jugando, atraviesa todos los cambios físicos postparto, navega por el dolor de su propia familia y enfrenta una batalla legal contra la matrona sustituta (Molly Parker).
Si la incomodidad visceral se siente más auténtica de lo usual, es porque la historia es personal para el director y su pareja. Kata Wéber escribió el guion basada en su propia experiencia al perder un hijo con el director Kornél Mundruczó durante el embarazo. “Fragmentos de una mujer” visita lugares que muchas películas no se atreverían.
La película no es apta para todos, pero es importante porque ayuda a avanzar en la conversación sobre abortos espontáneos, un trauma que las parejas, pero especialmente las mujeres, han tenido que llevar en silencio demasiado tiempo.