Soledad Iglesias Boedo nació en La Coruña, España en 1920, en medio del azote de la gripe y los resabios de la Primera Guerra Mundial. En medio de la pandemia de coronavirus, este 2020 cumplió 100 años. Madre de una hija, que a su vez tuvo dos hijas y con dos bisnietas se convirtió en la matriarca de una familia de mujeres.
“A pesar de haber vivido varias crisis económicas, la Guerra Civil y dos pandemias, está muy bien. Le encanta la televisión, en especial el concurso Pasapalabra, escuchar la radio y leer el periódico. Juega a las cartas con su yerno y su hija y, de vez en cuando, sale a dar un paseo”, resumió Andrea Vilariño, una de sus dos bisnietas.
La vida de Soledad no fue sencilla. Trabajó en una fábrica de conservas y también limpiando casas. Conoció a su marido, José Roibal, y tuvieron una hija, Mari Carmen. En 1959, debido a la situación económica de España, la familia emigró a Inglaterra y estuvieron muchos años lejos de casa. De hecho, la pareja se jubiló allí tras haber trabajado ambos como cocineros en un restaurante.
La única hija, que se volvió del Reino Unido unos años antes, se casó y tuvo dos hijas: Belén y Yolanda Méndez Roibal. Cuando su marido enfermó, Soledad regresó a Galicia. Se instaló cerca de donde vivía su hija para poder cuidar a sus nietas. Pasó el tiempo, en el 2002 se quedó viuda, y nacieron las dos bisnietas, las mujeres más jóvenes de la femenina saga familiar.
Desde el verano pasado vive con su hija porque se quebró la cadera y necesitaba ayuda, pero a ella le encantaría vivir sola de nuevo, porque es muy independiente y luchadora. Tuvo dos hermanos, ya fallecidos. Nació en tiempos de pandemia y un siglo después sigue igual.
Fuente: La Voz de Galicia