Nadia Micaela Bilbao, más conocida como Mica Bilbao, tiene 24 años y es la intendenta más joven del país. Acaba de cumplir un año de gestión al frente de Lago Blanco, un pequeño pueblo ubicado a más de 800 kilómetros la capital chubutense, en el extremo sudoeste de la provincia y cerca del límite con Chile.
En diálogo con Télam, la joven jefa comunal que vive en la casa de sus padres admite que escucha que se refieren a ella como «la piba» y se divierte porque, aclara: «sé que me nombran así y con algún apodo más fuerte a veces pero a mí todos se dirigen como ‘Mica’ porque así me conocen en el pueblo».
Bilbao nació en Lago Blanco el 6 de septiembre de 1996 y derrotó en las urnas al veterano caudillo peronista Cruz Montiel (72) con apenas 22 años y se transformó en la intendenta electa más joven del país.
«Yo veía que el pueblo siempre estaba igual, que no podíamos avanzar y nos dijimos con otras compañeras cómo no vamos a hacer algo por nosotros mismos y así empezamos a militar dentro del justicialismo», explica a Télam la jefa comunal que conserva el timbre de voz juvenil.
La joven que logró llegar a la intendencia con la alianza de raíz justicialista Frente Patriótico Chubutense trabajaba como playera en la estación de servicio de la compañía Petrominera y en paralelo comenzó la carrera de despachante de aduanas que tuvo «que ‘frizar’ un tanto por las obligaciones nuevas» en la comuna y resaltó: «de a poco lo vuelvo a hacer con la modalidad a distancia».
La intendenta asegura que «siempre fui bien recibida por todos y la verdad que al principio tenía un poco de miedo pero el gobernador (Mariano Arcioni) fue muy afectuoso, al igual que todos los ministros y siempre la actitud fue de ayudarme al igual que los otros intendentes más experimentados que siempre están dispuestos a un consejo cuando consulto por un trámite».
El primer año de gestión fue difícil porque, señala, «no me dejaron ni papales, tenía apenas 11.000 pesos en la cuenta que no me alcanzaba para nada y encima se habían llevado todos los programas de obras, fue como empezar de cero».
«Tuve que ir a Rawson, meterme en las reparticiones provinciales y comenzar a reconstruir los expedientes lo cual no fue fácil en tiempos de pandemia porque el personal estaba a la mitad», describe.
Entre las obras paralizadas figuraba la ejecución de dos casas para familias humildes financiadas por el Instituto Provincial de la Vivienda que en un caso comenzó a construirse y quedó a medio hacer y la restante no se inició jamás.
«Ahora estamos bastante bien, pudimos hacer pie, tengo personal contratado con el que le metemos horas a la gestión y de a poco iremos saliendo al frente» se esperanza.
También brindó un mensaje de agradecimiento al gobierno nacional porque «nos incluyó en el programa Argentina Hace para la construcción de la primera plaza que tendremos con juegos para niños que esperemos que se haga realidad».
Bilbao vive con sus padres y es la menor de cuatro hermanas: Fabiola, que se radicó en Sarmiento; Dalma, que reside en Comodoro Rivadavia y Valeria, la mayor, que se afincó en Rada Tilly.
«Ellas se fueron a estudiar y se quedaron en otros lugares, yo no quise separarme de mis padres y preferí quedarme acá», describe y aclara sonriente: «no tengo novio».
Lago Blanco tiene menos de 300 habitantes y está ubicado en el paso fronterizo por donde los camiones que van y vienen al vecino país transitan por el paso que está a 30 kilómetros y que se llama Hito 50 del lado argentino y Huemules del chileno.
«La actividad económica que sustenta el pueblo es la ganadería de los alrededores y los empleos públicos» explica.
Ese punto en la geografía de la Patagonia fue epicentro de la movilización de tropas del Ejército Argentino en la década del 70, en el momento de mayor tensión cuando la disputa territorial dejó a los países al borde del conflicto bélico.