La exitosa serie de Netflix “Gambito de dama” generó un efecto inesperado en el mundo del ajedrez. La producción audiovisual cuenta la historia de una niña prodigio que hizo historia en el mundo del ajedrez, en una época en la que no era muy común ver a mujeres jugando. Sin embargo, se ve que es un juego al que pocas chicas apuestan, al menos oficialmente. Según indicaron desde la Federación Internacional de Ajedrez (Fide) en las últimas dos semanas recibieron más solicitudes de jugadoras mujeres que en los últimos cinco años. Un efecto inmediato.
Según consigna el portal de Noticias Filo News, desde el estreno de la serie, “el paradigma del ajedrez a nivel mundial vio un rotundo cambio tanto en sus audiencias como en sus participantes”. Fue reproducida en 62 millones de pantallas de todo el mundo.
Las búsquedas de Google relacionadas con el ajedrez se duplicaron, mientras que la frase «Cómo jugar al ajedrez» tuvo récord de búsquedas. Además, en eBay, las búsquedas de tableros de ajedrez aumentaron en un 250%; en la plataforma Goliath Games, en el mes de octubre, las ventas relacionadas al ajedrez aumentaron un 178% respecto a octubre de 2019, mientras que las ventas totales aumentaron en 1.048%, según afirmó Mary Higbe, la directora de Marketing de Goliath al medio NPR. A su vez, el número de jugadores en chess.com quintuplicó su cantidad desde el estreno de Gambito de Dama.
David Llada, director de marketing de la Fide, informó que hasta el fenómeno de la producción de Netflix las mujeres conformaban el 16% de sus jugadores federados. Pero eso parece haber empezado a cambiar con la gran cantidad de consultas e inscripciones.
La serie de Netflix fue protagonizada por la actriz Anya Taylor-Joy, quien nació en Miami pero vivió sus primeros seis años de vida en Argentina. En un video difundido por la plataforma para Latinoamérica, la joven actriz y modelo cuenta de su vida y analiza algunas cuestiones relacionadas al papel de la mujer en el ajedrez y en el mundo: “Creo que las mujeres hoy tenemos una voz más fuerte y que la sociedad entiende que hay un problema de desigualdad, que antes no se tocaba tanto”.
Y concluye: “Va a tomar un tiempo deconstruir una sociedad que ha sido sexista por gran parte de su historia. Tenemos que continuar luchando. Va a tomar tiempo pero vamos a llegar”.