Un reciente estudio médico publicado en la revista Jama Open Network indicó que el estrés que padece una mujer durante el embarazo puede afectar el desarrollo del cerebro del bebé no nacido. Así lo revelaron escáneres cerebrales fetales, que determinaron que los fetos de mujeres con niveles más altos de ansiedad tuvieron mayores probabilidades de tener conexiones más débiles entre dos áreas del cerebro que involucran funciones ejecutivas y cognitivas superiores, así como conexiones más fuertes entre partes del cerebro conectadas a controles emocionales y conductuales.
“Los niveles tóxicos de ansiedad parecen tener efectos directos sobre la forma en que se esculpe y organiza el cerebro fetal en el útero”, explicó Catherine Limperopoulos, autora del estudio. Limperopoulos también es directora del Instituto del Cerebro en Desarrollo en el hospital Children’s National en la ciudad de Washington. “Lo que está experimentando la futura madre, también lo está viviendo el feto”, añadió.
Un nivel “tóxico” de ansiedad se definió en el estudio como niveles de estrés que podrían interferir con la capacidad de una mujer para desempeñar con éxito sus funciones y responsabilidades diarias. Pero, que no fueran lo suficientemente fuertes para llevar a un diagnóstico clínico de enfermedad de salud mental o de trastorno.
El estrés provoca que la pituitaria y las glándulas suprarrenales inunden el cuerpo con hormonas de “lucha o huida”, que originalmente están destinadas a ayudarnos a escapar de los animales salvajes y de otros peligros. Actualmente, se vive con estrés crónico y esas sustancias químicas, que incluyen la hormona del estrés cortisol, son capaces de cruzar la barrera placentaria entre mamá y bebé.
“El vínculo entre el estrés y el desarrollo del cerebro fetal es especialmente alarmante para las mujeres que están embarazadas en la pandemia”, apuntó Limperopoulos. Justamente, sus investigaciones anteriores encontraron que el estrés para las mujeres embarazadas en la era del Covid-19 se ha duplicado e incluso triplicado. “Hay otros estudios publicados que confirman que las mujeres embarazadas están reportando niveles muy altos de estrés durante la pandemia”, insistió.
Prestar atención a los problemas de salud mental
Es importante destacar que el estudio aclara que el riesgo de estrés, ansiedad y depresión son modificables, enfatizó Limperopoulos. Sin embargo, añadió que “el 75% de las mujeres que experimentan problemas de salud mental durante el embarazo pasan desapercibidas porque no hacemos exámenes sistemáticos de estos problemas”.
“Realmente debemos prestar atención a los problemas de salud mental durante el embarazo. Porque no solo afectan a las mujeres embarazadas, sino que parecen tener efectos duraderos en el bebé en los meses y probablemente años venideros”, agregó Limperopoulos.
“Si nosotros, como sociedad, podemos hacer cambios para ayudar a brindar a las mujeres embarazadas los recursos que necesitan y proporcionarle un entorno seguro y de apoyo antes y durante el embarazo, es posible que tengamos un impacto significativo en la salud de sus hijos”, concluyó.