Brasil, donde 37.000 personas están en la fila para convertirse en padres y madres adoptivos, acepta con muchas restricciones la posibilidad de que extranjeros puedan adoptar a niños o adolescentes brasileños una vez agotada todas las instancias entre la familia de los menores, afirmó hoy una especialista consultada por Télam.
En este país, de todos modos, la cuestión racial es muy fuerte ya que en el formulario de adopción los aspirantes a padres adoptivos pueden trazar el perfil deseado, incluso si quieren que el niño sea blanco, negro o mestizo.
En Brasil actualmente existen 50.000 niños en hogares, de los cuales 5.000 están en condiciones de ser aceptados por las 37.000 personas que están en lista de espera adoptarlos, según datos del Instituto Brasileño de Derecho de Familia.
A diferencia de Argentina, Brasil sí permite la adopción de extranjeros, pero desde 2009 la nueva ley sobre el asunto reduce las chances de los extranjeros. “Primero se espera que al niño lo recupere la familia biológica, luego la chance pasa para los brasileños que viven en Brasil, luego para los brasileños que viven en el exterior y finalmente se extiende a los extranjeros”, dijo a Télam María Berenice Días, abogada de Porto Alegre y fundadora del Instituto.
En Brasil, según la principal especialista en la materia, “existe demasiada burocracia” ya que la legislación otorga una “excesiva preocupación” en mantener a los niños con las familias biológicas.
Un proceso de adopción puede demorar hasta cinco años.
“Pero la realidad indica que hay muchos niños entregados por madres que no pueden criarlos, muchos hijos del ‘crack’, como se les dice a las madres adicta que entregan a los niños”, explicó.
El sistema funciona de la siguiente manera: un niño en adopción permanece dos años en un hogar de menores a la espera de que la familia biológica se haga cargo, tras lo cual es colocado en la lista de “candidatos”, siempre y cuando se encaje en el perfil del formulario que los aspirantes a ser padres adoptivos han llenado.
Los más castigados en estos casos son los hermanos que están internados juntos y los mayores de 10 años. Si nunca fueron adoptados, llegan a los 18 años de edad y salen del instituto sin tener familia ni biológica ni adoptiva.
“El sistema es pésimo y debe ser más ágil”, criticó la abogada Días, cuya organización encabeza un petitorio para convertir en proyecto de ley un Estatuto de la Adopción que flexibilice las normas.
Según datos oficiales del Ministerio de Justicia, apenas el seis por ciento de los niños aptos para ser adoptados tienen menos de un año de edad, mientras que el 87 por ciento tiene más de cinco años. Estos últimos son aceptados apenas por el 11 por ciento de los aspirantes a padres adoptivos.
El 26% de los futuros padres adoptivos, por ejemplo, solamente aceptan niños blancos, teniendo en cuenta que el 70% de los niños a la espera de ser adoptados no son blancos.
Tras el devastador terremoto de Haití en 2010, unos 900 brasileños se presentaron en la embajada haitiana en Brasilia para ofrecerse como padres adoptivos de los niños huérfanos por la tragedia en el país caribeño.