La Infección Urinaria es una de las patologías más frecuentes, luego de las infecciones respiratorias, y son las mujeres las que se llevan la peor parte, ya que aproximadamente un 70% de ellas habrá de sufrir al menos un episodio a lo largo de su vida; y 25% repetirán el episodio dentro de los 6 meses (recurrencia). Estudios recientes dan cuenta que, en la actualidad, el 10% del total de la población femenina mundial padece infecciones urinarias. En ese contexto, existen nuevas formas de tratarla, con antibióticos más específicos, como la Fosfomicina Trometamol, aunque los expertos advirtieron sobre los riesgos de la automedicación.
El urólogo Daniel Ekizian, especialista del Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP) perteneciente al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y miembro del equipo Stamboulian Salud y de la Clínica Sagrada Familia, define a la cistitis como una inflamación aguda de la vejiga, con un componente inflamatorio y otro de tipo infectológico (infección).
Es decir, puede existir una inflamación de la vejiga, que provoca «polaquiuria» (necesidad de orinar con demasiada frecuencia), y sobre ese terreno ya inflamado, hay además un problema infectológico que genera ardor, dolor, sangrado e inclusive síntomas más agudos. Son muchas las bacterias susceptibles de producir algún tipo de infección urinaria, aunque la conocida como Escherichia Coli es la responsable de más del 85% de los casos. Aunque hay algunos antibióticos nuevos en fase de desarrollo, no es de prever que ninguno de ellos sea eficaz contra las formas más peligrosas de algunas bacterias resistentes. Dada la facilidad y la frecuencia con que se desplazan ahora las personas, la resistencia a los antibióticos constituye un problema de dimensiones mundiales, que requiere esfuerzos por parte de todas las naciones y de diversos sectores. El uso indiscriminado de algunos antibióticos de amplio espectro y la mala administración de los mismos complican aún más el panorama.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está dirigiendo una campaña mundial cuyo lema es «Antibióticos: manéjalos con cuidado».
–¿Por qué las mujeres son más susceptibles?–
El principal motivo es que la uretra en el sexo femenino está más cerca del ano. Si a ello se le suma que la vagina es una zona más amplia y húmeda, esto permite que las bacterias que van a ser expulsadas con las heces y otros microorganismos accedan y proliferen con mayor facilidad. Además, las mujeres son más susceptibles de contraer infecciones después del acto sexual. En ese sentido, Ekizian indicó que «más del 90% de las infecciones se produce por gérmenes intestinales, entonces esa cercanía favorece, casi estimula el pasaje de los citados gérmenes hacia la vejiga».
«La típica cistitis inflamatoria puede darse tanto en el hombre como en la mujer, en reacción al stress, el frío, la ingesta de picantes o fritos, o la presencia de colon irritable; ahora, la anotomía de la mujer, como señalamos, presenta dificultades especiales, que llevan casi siempre a infecciones», remarcó el especialista. En las jóvenes sexualmente activas (rango de entre 20 a 45 años) hay algunos hábitos que agregan más inconvenientes, como tomar poco líquido, ir al baño con poca frecuencia, utilizar apósitos para el mal olor, usar ropa ajustada o de nylon y como contraparte, en la etapa menopáusica, se produce una sequedad en la zona vaginal que puede predisponer más a las infecciones, lo mismo que el residuo post miccional (cuando la vejiga no termina de vaciarse en forma completa). Hay ciertas profesiones o empleos, por ejemplo como ocurre con las docentes o cajeras de supermercados, en las que la actividad misma les impide ir al baño con la frecuencia necesaria, por lo que tienden a retener orina, incrementando así la propensión a infecciones urinarias. El experto destacó que «al mínimo indicio, se debe siempre acudir al médico, ya que una inflamación (cistitis) o infección bacteriana debe ser tratada con medicación específica y los médicos son los únicos capacitados para prescribirlos». Normalmente, los primeros síntomas de alarma son:
-Necesidad urgente y frecuente de orinar.
-Picazón o quemazón en la uretra al orinar.
-Enrojecimiento de la vulva y picor vaginal.
-Dolor al orinar y en las relaciones sexuales.
-Color turbio de la orina.
Si los síntomas se agravan, pueden aparecer fiebre, escalofríos y vómitos.
El urólogo Daniel Varcasia, coordinador de Infecciones Urinarias de la SAU (Sociedad Argentina de Urología), aclaró que «es fundamental consultar al médico y evitar por todos los medios la automedicación». «Las infecciones urinarias no tratadas, si son simples, pueden pasar por dos grandes etapas: o el propio organismo las cura o las autolimita con sus propios mecanismos de defensa, pero, en la mayoría de los casos, si la bacteria no es tratada puede convertirse en una infección urinaria alta, denominada Pielonefritis, que se produce a nivel renal y es mucho más complicada, además requiere otro tipo de tratamientos», manifestó. En cuanto a los tratamientos, desde principios de los años noventa, se ha observado un continuo aumento de la resistencia de Escherichia coli a los antibióticos a base de quinolonas. Las causas que han determinado este incremento son múltiples, relacionándose con el uso masivo de estos antibióticos, tanto en humanos como en animales. Actualmente, la tasa de resistencia a quinolonas de cepas de Escherichia coli aisladas de urocultivos oscila entre el 10 y 30%, en distintos estudios de resistencia mundiales. No se encuentra recomendado su uso empírico en infecciones urinarias por superar el 20% de resistencia en la mayoría de los países??. Al respecto, Varcasia dijo que «el mal uso de los antibióticos a base de quinolonas, la mala prescripción y la automedicación han ido aumentando de tal forma, que en uno de cada cinco pacientes no tendrá el efecto deseado».
–¿Cuál es la ventaja de la disponibilidad de un nuevo Antibiótico en la Argentina?–
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La Fosfomicina Trometamol se ha convertido, desde su recomendación en las Guías Internacionales a partir del Año 2015, en el antibiótico de primera elección para el tratamiento empírico de las Cistitis e infecciones no complicadas en mujeres.
Con la ingesta de 1 solo sobre, conteniendo un polvo granulado que se disuelve en agua, mantiene niveles urinarios activos frente a la Escherichia coli, bacteria responsable de más del 85% de las cistitis no complicadas de la mujer, durante 72 horas. Varcasia aclaró «la aparición de Fosfomicina Trometamol tiene una muy buena respuesta a nivel mundial, superior al 97%, lo que quiere decir que sólo 3 pacientes sobre 100 tendrían resistencia». Por su eficacia, seguridad y comodidad de uso asegura el cumplimiento terapéutico, aspecto de gran relevancia para frenar el aumento de las resistencias bacterianas y mantener la efectividad del antibiótico. La Fosfomicina Trometamol se encuentra disponible en todo el mundo, y ha sido aprobada por FDA (Estados Unidos) y CE (Europa). A su vez, Ekizian agregó que «con un solo sobre cubrimos el plan de antibióticos necesario para este tipo de infecciones, según las guías internacionales, sin riesgo que el paciente se olvide de tomarlo, además por su frecuencia los antibióticos convencionales producirán alteraciones en el sueño y como efecto secundario causan a veces dolores estomacales y diarreas; la Fosfomicina Trometamol bajó mucho los efectos secundarios de ese tipo».
Por Leonardo Coscia
Fuente: Noticias Argentinas