El presidente Alberto Fernández afirmó hoy que el ex mandatario Raúl Alfonsín «no era peronista» pero «merecía serlo», y lo calificó como «un gran hombre que devolvió la institucionalidad» al país.
«Nunca debemos olvidar lo que nos pasó como país. Tuvimos nuestros centros clandestinos de detención, tenemos nuestros desaparecidos, tenemos nuestros torturados, tenemos nuestros muertos, tenemos nuestros exiliados», enfatizó Fernández.
Durante una conferencia magistral en el Instituto de Estudios Políticos de París, resaltó: «Pese a toda esa tragedia un día recuperamos la democracia. Raúl Alfonsín nos devolvió la institucionalidad. No era peronista, merecía serlo. No era peronista, era radical. Un gran hombre».
«Con Alfonsín vivimos una primavera democrática que no terminó del todo bien, porque terminó con un proceso inflacionario enorme que lo obligó a dejar el gobierno 6 meses antes», recordó el jefe de Estado.
En otro tramo de su exposición, el Presidente afirmó que Argentina tiene «un pueblo hermoso, único, por eso siempre nos levantamos» de las crisis económicas, y atribuyó esa virtud a que Argentina «conoció lo que ningún otro pueblo de América Latina conoció, que son derechos».
«Nuestros trabajadores tienen derechos, nuestros maestros tienen derechos, nuestros hijos tienen derecho de ser educados en la educación pública, nuestros enfermos tienen derecho a ser atendidos en los hospitales. Fuimos una sociedad única en América Latina porque crecimos dando derechos», destacó.
En ese sentido, cuestionó: «Ahora resulta que el capitalismo me dice que para arreglar la sociedad lo que tengo que hacer es quitárselos. Nos hicimos fuertes con la educación pública, dándole derechos a los que trabajan, dándole salud a los viejos. ¿Ahora tenemos que quitar todo eso? Algo no anda bien».
«Estoy seguro de un gobierno que le quita derechos a su gente es un gobierno que hace retroceder a esa sociedad. Por lo tanto, el secreto es ver cómo seguimos garantizando derechos a nuestra gente para que encuentre posibilidades de desarrollo», manifestó el primer mandatario.
Por último, afirmó que «la política tiene que tener la ética de la solidaridad», ya que «no se trata de permitir el cuentapropismo o la meritocracia, porque no es verdad que la meritocracia existe».
«Para algunos es más fácil avanzar que para otros. No partimos todos del mismo lado. Lo que más necesita la América Latina del presente es volver a desarrollar una política solidaria que saque a los sectores más postergados de la postergación y distribuya los ingresos con criterios de mayor igualdad. No es difícil, es cuestión de decidirnos», agregó.