Histórico

Brexit: los puntos clave para entender la salida del Reino Unido de la UE

Con la formalización del tan nombrado Brexit, este 31 de enero el Reino Unido salió de la Unión Europea (UE). El histórico hecho ocurrió tres años y medio después del referendo en el que se votó a favor de abandonar UE. Por estos días, comienzan los once meses de transición para que las partes negocien la futura relación. ¿Cuáles son los puntos más relevantes de la situación y qué implica para el mundo?

Cuando ganó las elecciones y se convirtió en primer ministro, Boris Johnson prometió que el 31 de enero de 2020 era la fecha límite para el Brexit. Y cumplió. Es necesario saldar algunas dudas sobre qué es y por qué se decidió.

¿Qué es el Brexit?

Brexit es una abreviatura de las palabras inglesas Britain (Gran Bretaña) y exit (salida). Es el término que se usó para referirse a la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE).

El Reino Unido se había sumado al bloque continental, actualmente conformado por 28 países, el 1 de enero de 1973. Sin embargo, en junio de 2016 los británicos decidieron abandonar la UE y poner fin a una relación de más de cuatro décadas.

¿Cómo se llegó ahí?

En 2015, el entonces primer ministro David Cameron consiguió la reelección –entre otras cosas- prometiendo un referendo sobre la continuidad del Reino Unido en la UE. En la votación, que tuvo lugar el 23 de junio de 2016, un 48,1% de los británicos votó a favor de quedarse en el bloque, pero un 51,8% se pronunció a favor de abandonar la UE.

La pertenencia a la Unión Europea implica la aceptación de las llamadas «cuatro libertades fundamentales»: la libre circulación de trabajadores, mercancías, servicios y capitales. El principal argumento de la campaña a favor de la salida fue que los británicos iban a «recuperar el control» sobre sus propios asuntos, en particular sobre sus fronteras, lo que permitiría un mejor control de la migración.

¿Cuándo se completará el Brexit?

Si bien este 31 de enero se formalizó la salida del Reino Unido de la UE, muchos críticos insisten en que el Brexit solo se completará una vez que Reino Unido negocie los términos de su nueva relación con la Unión Europea.

Johnson se ha dicho convencido de que puede firmar un tratado de libre comercio con la UE antes de que termine 2020, pero otros consideran que se necesitará mucho más tiempo.

¿Qué consecuencias generó hasta ahora?

La decisión de llevar adelante el Brexit causó un verdadero revuelo político en Reino Unido, forzando la renuncia de David Cameron. Y se han pasado los últimos dos años y medio tratando de ponerse de acuerdo sobre el tipo de relación que quiere mantener con la Unión Europea. Mientras tanto, el gobierno de la primera ministra Theresa May negociaba los términos de la separación.

Un primer «acuerdo de divorcio» entre Londres y Bruselas fue anunciado el 25 de noviembre de 2018 y la intención original de May era someterlo a votación en el Parlamento británico el 11 de diciembre. Pero la primera ministra británica se echó para atrás en el último minuto, cuando se hizo evidente que no contaba con la mayoría necesaria para la aprobación.

Su decisión, sin embargo, enojó a suficientes miembros de su partido para forzar un voto de no confianza que se saldó con la victoria de May, pero no despejó las dudas sobre el futuro de su acuerdo. Finalmente el acuerdo fue rechazado por una abrumadora mayoría en el Parlamento en una votación celebrada este 15 de enero.

El 12 de marzo, el Parlamento británico volvió a rechazar una nueva propuesta de May. El 29 de marzo llegó el tercer rechazo, que fue acompañado por la renuncia de la primera ministra y el nombramiento de Boris Johnson como líder del Partido Conservador y primer ministro.

Johnson renegoció el acuerdo de salida pero decidió no someterlo al Parlamento. Consiguió que se convocaran nuevas elecciones en diciembre de 2019, con el objetivo de buscar una clara mayoría a favor de su propuesta. Lo logró, haciendo que el 31 de enero de 2020 se fijara como la fecha de salida del país de la UE.

¿Qué dice el acuerdo?

El acuerdo establece un período de transición que tiene como objetivo darles a las partes tiempo para ajustarse y negociar los términos de su nueva relación. También define cuánto dinero le debe pagar Reino Unido a la Unión Europea para honrar los compromisos adquiridos como miembro del bloque, originalmente estimados en unos 39.000 millones de libras (casi US$50.000 millones).

Además, las partes también se comprometen a mantener los derechos para los ciudadanos británicos que actualmente viven y trabajan en otros países de la UE, y para los ciudadanos europeos que viven y trabajan en Reino Unido.

Todos estos aspectos ya estaban consignados en el acuerdo negociado por May. La principal diferencia con el acuerdo renegociado por Johnson tiene que ver con la forma en que trata de solucionar el problema de la frontera irlandesa.

La versión de May incluía una cláusula de salvaguarda («backstop») que buscaba garantizar que no habría una frontera «dura» entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte incluso si no se llegaba a un acuerdo formal en temas comerciales y de seguridad. La versión de Johnson no incluye esa salvaguarda.

¿Cómo se solucionará el problema de la frontera irlandesa?

La ausencia de barreras físicas entre la República Irlanda, aún miembro de la UE, e Irlanda del Norte, integrante del Reino Unido, es una de las bases del acuerdo de paz que puso fin a años de violencia independentista. Dichas barreras dejaron de ser necesarias cuando ambos territorios pasaron a ser parte de la zona aduanera de la Unión Europea.

Pero con Reino Unido decidido a dejar esa unión para poder negociar sus propios tratados de libre comercio, esas barreras tendrían que volver a levantarse, aunque tanto Londres como Bruselas se han comprometido a que eso no ocurra.

Con ese compromiso en mente, el acuerdo de salida de May incluía una «salvaguarda» que establecía que, mientras no se encontraran soluciones alternativas, Reino Unido se mantendría en una unión aduanera con la Unión Europea, con Irlanda del Norte obligada a alinearse con ciertas reglas del mercado común europeo.

Pero esta disposición resultó inaceptable para los diputados del Partido Unionista Democrático, clave para el gobierno de May, así como para muchos parlamentarios conservadores.

Y la solución acordada con Johnson fue trasladar las barreras aduaneras a la frontera marítima entre Irlanda del Norte y Reino Unido, con Irlanda del Norte comprometiéndose además a conservar las regulaciones de la UE en materia de bienes.