Para reflexionar

¿Qué significa vivir? – Charlas de Candi

-¿Qué es vivir Inocencio?

-Ya se lo dije una vez, vivir es pedir perdón y perdonar; es arrepentirse a tiempo. Vivir es ayudarse y ayudar. Vivir es alcanzar a comprender  que hay una diferencia entre  la vida y la existencia. Porque, recordando aquel pensamiento del filósofo sobre el arroz y las flores, le recordaré que si uno compra sólo arroz, mi querido Candi, permanece, pero si además compra flores o las cultiva y las entrega, entonces vive. La vida es  un pensamiento bueno, una palabra hermosa, un gesto cariñoso. La vida, entonces, es amar. Si uno no ama, querido amigo, perdura, pero no vive.

-Y ni que hablar si uno es rencoroso, guarda resentimientos o llega a odiar.

-Es bueno recordar lo que le dije una vez: «un ser así es un  muerto en vida, un condenado que habrá de sufrir las consecuencias de manera no sólo espiritual, sino corporal. Ya ha quedado debidamente demostrado, por medio de la ciencia, de qué manera influye el sentimiento bueno o malo en los sistemas orgánicos. Es con los pasos de los años que descubrí en toda su dimensión aquellas palabras de Jesús, esos consejos basados en el principio inmutable, perfecto y eterno del amor: “ora por tu enemigo”. En realidad la sabiduría de todas las religiones confluyen en el punto del amor. Vea sino estos principios: Cristiano: «Tratad a los demás como queréis que ellos os traten a vosotros. En esto consiste la ley y los profetas». Judío: «No hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti» (Rabí Hillel). Islámico: «Ninguno de vosotros es creyente mientras no quieras para vuestro hermano lo que queréis para vosotros». Hindú: «Uno no se tendría que comportar con los otros de una manera que es desagradable para si mismo». Y este principio budista: «Una situación que no es agradable para mi, tampoco lo ha de ser para el otro; y una situación que no es agradable o grata para mi, ¿cómo puedo exigirla al otro?”.

-Parece imposible aplicar esos principios en esta sociedad alienada.

-Es esta una sociedad que arde en la llama de la emoción violenta, del consumismo, del materialismo, y que con frecuencia no recibe la paz que proviene de la calidez que irradia la luz de la verdad. Hace unos días hablábamos aquí del tema «El cerebro del corazón» y de cómo influyen las emociones negativas en toda la estructura humana: psíquica, corporal y espiritual. Podría decirse, también, que vivir es permitir que entre en nuestro ser lo bueno. Lo demás… ¡filtro!