A 42 años de su desaparicón física

La vigencia de la gran poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou


El 15 de julio de 1979, fallecía en Montevideo la gran poetisa Juana de Ibarbourou

Nacida, según los registros, el 8 de marzo de 1892 en Melo (departamento Cerro Largo, Uruguay), fecha que es un poco discutida ya que la propia Juana decía haber nacido en el año 1895. Su verdadero nombre era Juana Fernández Morales, a los veinte años se casa con el capitán Lucas Ibarbourou y allí comienza a usar ese apellido para plasmar su gran obra poética.

Su padre, Vicente Fernández, proveniente de España, amante de su tierra, le trasmite una intensa devoción por la misma, referencia de ello es un importante discurso que dio en la Academia de Letras Uruguayas donde recuerda su infancia y el modo en que su papá le inculcó esa raíz gallega que la acompaña en toda su obra, cuentan que sus íntimos la llamaban “la galleguita”.

Cuando sus poemas, que se encuadran dentro del modernismo y tratan con sencillez y alegría temas tan importantes como la naturaleza, la belleza, la maternidad, entre otros, adquieren trascendencia se la comienza a conocer como Juana de América.

Su carrera estuvo llena de vértigo desde el comienzo y sus tres primeras obras gozaron de una amplia repercusión internacional y fueron traducidas en varios idiomas. Tenía una visión optimista y esperanzadora que trasmitía en sus letras.

Pueden mencionarse entre sus escritos: “Las lenguas de diamante” (1919), “El cántaro fresco” (1920), “Raíz salvaje” (1922) y “La rosa de los vientos” (1930). También escribió literatura infantil como por ejemplo “Chico Carlo” en el año 1944 que contiene cuentos autobiográficos y “Los sueños de Natacha” en el año 1945, con temas clásicos del teatro infantil.

En la segunda etapa de su obra el rasgo de la misma cambia, da un giro y se torna más reflexiva y melancólica, se presume que la presencia de la enfermedad y el pensamiento que gira acerca de la muerte, dan esta impronta a sus versos. De esa época se pueden mencionar “Estampas de la Biblia”; “Pérdida”; “La pasajera”; “Romances del destino”; “Oro y tormenta”; “Mensajes del escriba” y “Canto Rodado”

En 1947 fue elegida miembro de la Academia uruguaya y en 1959 se le concedió el Premio Nacional de Literatura.

Juana de América, como fue llamada por la inmensa popularidad que supo conquistar, falleció en Montevideo, el 15 de julio de 1979. Esta notable poetisa, fue considerada de suma importancia para la cultura de Uruguay, a tal punto que el billete de mil pesos lleva su foto, honor del que gozan los principales exponentes del país.

  

Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos:

ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.

En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se visten…

Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
-Es la higuera el más bello
de los árboles en el huerto.

Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!

Y tal vez a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo, le cuente:
-Hoy a mi me dijeron hermosa.

Juana de Ibarbourou