Recordando a una gran mujer

Iréne Némirovsky: la necesidad de vivir entre dos religiones diferentes

Hoy se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Iréne Némirovsky, excelente escritora de origen judío nacida en 1902 en Kiev (Ucrania) que tuvo que renuciar a su credo para poder sobrevivir durante la Segunda Guerra Mundial en Vichy (Francia).

Dueña de un  gran talento, admirada por sus colegas escritores, narró una de las primeras historias sobre cómo los alemanes ocuparon Francia. Su obra máxima denominada Suite Francesa, que no pudo llegar a terminar, pero que quería que fuera algo así como una  suite en cinco partes, fue descubierta por sus hijas que la  publicaron después de su desaparición. A pesar de haberse convertido al cristianismo el odio de los nazis que descubrieron sus raíces judías la llevaron a ser deportada al campo de concentración, donde falleció el 17 de agosto de 1942.

 

Una vida difícil desde su nacimiento

Su padre era un banquero llamado León Némirovsky que estaba ocupado en sus negocios mientras su madre, una mujer a la que lo único que le importaba era su aspecto físico y que para disimular su edad hacía cualquier cosa, como por ejemplo esconder a su hija en actos públicos o vestirla ridículamente de nena pequeña para que su entorno no dedujera su verdadera edad, lastimó a Iréne generándole un rechazo que terminó en alejamiento. Fue educada por una institutriz francesa, en San Petersburgo, tenía una gran inteligencia y una habilidad especial para aprender idiomas, de forma tal que se perfeccionó en francés, inglés, polaco, ruso, vasco, finés y el yiddish.

Cuando en el año 1918 estalla la revolución en Rusia su familia se dirige a Finlandia y al año siguiente llegan a Francia, lugar donde ella sienta sus raíces y pasa a ser su patria adoptiva. Tenía 16 años y comenzó a estudiar en la Sorbona licenciándose en letras en el año 1926. Ese mismo año conoce a un banquero llamado Michel Epstein y contrae matrimonio. Tuvo dos hijas y en ese lapso de tiempo tranquilo se dedicó a la escritura publicando en 1929 su primer novela llamada “David Golder”, enviándolo de forma anónima a una editorial bajo el seudónimo de Grasset. El impacto fue tal que uno de los miembros de la editorial puso un aviso en un periódico para encontrar al verdadero autor de la obra y cuando descubrió que era una mujer su sorpresa fue mayor. Cuando todo parecía acomodarse en su vida y ya convertida al catolicismo desde 1939, se le negó la nacionalidad francesa por sus orígenes judíos. En el año 1940 todo empeoró cuando los pronazis se instalaron en Vichy. No pudo seguir escribiendo ya que sus obras fueron prohibidas y su esposo tuvo que dejar su puesto en el banco. Sus hijas estaban refugiadas con su niñera en Issy-l’Évêquey allí Iréne siguió escribiendo durante dos años, sabiendo que no podría publicar su obra.

Su sueño de una vida tranquila junto a su familia se truncó el 13 de julio de 1942 cuando fue detenida y deportada a Auschwitz donde fallece en agosto del mismo año. Fue inútil que ella y su esposo renegaran de su fe, ya que él siguió sus paso y murió en la cámara de gas.

Sus hijas, Denise y Elizabeth, estuvieron escondidas y huyeron del país gracias a la ayuda de su niñera. Eran dos niñas de 13 y 7 años que lo único que llevaron con ellas era un baúl con recuerdos, donde descubrieron años más tarde escritos inéditos donde su madre relataba la vida de la Francia ocupada. Así se publica Suite Francesa que es llevada al cine en el año 2015, con la dirección de Saul Dibb y la interpretación de  Michelle Williams, Kristin Scott Thomas, Matthias Schoenaerts, Margot Robbie, Ruth Wilson, entre otras figuras.

Además de “David Golder” publicado en vida y “Suite Francesa”, que fue llevada al cine con mucho éxito, escribe “La presa”, “El ardor de la sangre”, “Los bienes de este mundo”, “El maestro de almas”, “Los perros y los lobos”, “El baile”, “Fogatas”, “Jezabel”, “El vino de la soledad”, “Nieve de otoño”, “El niño prodigio”, “El mal entendido”, entre otros.

Cartelera de la película Suite Francesa 

Hace poco tiempo una de las hijas hizo editar «Los fuegos de otoño» después de encontrar una serie de manuscritos con correcciones hechas por Iréne.