Eric Trump: «A mi padre no pueden importarle menos los negocios»

PUNTA DEL ESTE.- Si el año pasado eran al menos seis, vestidos de negro, esta vez son 15 los agentes del servicio secreto que, con atuendos de civil, intentan pasar desapercibidos en la blindada custodia al hijo del presidente de Estados Unidos, Eric Trump, encargado junto a su hermano Donald Jr. de los negocios familiares.

En su quinta visita consecutiva a este balneario, para apuntalar en el punto más alto de la temporada la comercialización de la circular torre Trump en La Brava, el discurso de Trump se ciñe a las cuestiones estrictamente marketineras de su desarrollo: una franquicia cedida a la constructora YY Development, con el diseño arquitectónico del padre del ministro de Hacienda, Bernardo Dujovne.

Las preguntas políticas están vedadas de antemano, aunque asoma algo de la coyuntura estadounidense cuando Eric, de 34 años, salta a defender con vehemencia el liderazgo político de su padre.

Ni el botón nuclear, ni las políticas proteccionistas que despliega puertas adentro de EE.UU, ni las acusaciones por machismo salvaje y acoso a mujeres que pesan sobre el commander in chief , que el hijo atribuye a campañas de difamación, han impactado de forma negativa en la venta de la Trump Tower, uno de los edificios más fotografiados por los veraneantes.

Lo prueba el fervor de los compradores-argentinos en un 85 %- que a US$ 6000 por m2 ya le colgaron el cartel de vendido a 120 de los 160 departamentos, de entre 100 y 300 m2, a estrenarse en mayo de 2019. La excepción en las ventas son dos penthouses de 800 m2 por un valor de US$ 10 millones.

El apoyo a Trump junior se vio claramente en la fiesta para 600 personas anteayer, que pugnaron por saludarlo y conversar con él. Accesible y afable, su paso por el Este fue fugaz y maratónico: se extendió por sólo 24 horas. ¿El apremio? No alejarse mucho tiempo de su primogénito: Luke, de cuatro meses.

Eric Trump durante la entrevista con LA NACION
Eric Trump durante la entrevista con LA NACION. Foto: LA NACION / Diego Lima / Enviado especial a Punta del este

-En los negocios hay competidores; en política, aliados, enemigos y en el caso de EE.UU, un mundo que observa. ¿Cómo afecta la presidencia de su padre a la marca Trump?

-Son cosas separadas. Él no tiene nada que ver con la compañía y yo tampoco con la política. Él tiene el trabajo más importante del mundo. Y claro que hay pros y contras, como en cualquier cosa. Pero nuestra marca nunca fue más fuerte. La gente ama lo que hacemos. Y mi padre ha tenido siempre un éxito inmenso en todo lo que ha hecho. Construyó una marca que no tiene rivales. Y cuando la gente lo votó, lo hizo porque frente al político de carrera prefirió al hombre con verdadera experiencia en el mundo. Por eso ganó.

-¿Ni las decisiones más polémicas que toma impactan en la marca?

-La incidencia en la empresa se ciñe sólo a cómo crecemos y dónde porque estamos limitados, aunque nada de eso nos desvela. Desde que él asumió no hacemos más negocios en otros países. Y esa es una restricción autoimpuesta ya que como ciudadano puedo hacer lo que quiera. Pero su función en la Casa Blanca está primero; es mucho más grande que la compañía y que todos nosotros. Somos patriotas y por eso nos mantenernos al margen de la plaza internacional. Será por ocho años-porque creo que serán ocho-, y estamos felices de hacerlo. Y además, podemos crecer dentro de EE.UU. En la última década hemos tenido un crecimiento exponencial. Somos gente muy afortunada, nos va increíblemente bien, representamos al sueño americano en términos de lo que es nuestra compañía.

Eric Trump durante la entrevista con LA NACION
Eric Trump durante la entrevista con LA NACION. Foto: LA NACION / Diego Lima / Enviado especial a Punta del este

-¿Es cierto, como dijo la prensa norteamericana, que su padre sigue monitoreando los negocios?

-Eso es basura. Mi padre tiene el trabajo más demandante del mundo. Y lo dijo antes: no pueden importarle menos los negocios. Es algo absolutamente secundario. Si le importaran no haría lo que está haciendo ahora. No habría gastado la cantidad de dinero que gastó en su candidatura. Créame: si le interesaran sus negocios, estaría hoy en ese lugar. Don (por Donald Jr. su hermano mayor) y yo nos ocupamos de eso. Hacemos un gran trabajo. Él no está involucrado para nada. Mucha gente crea esos reportes, pero, simplemente, no son verdad.

-¿En qué se diferencia con su padre?

-A mí me gusta operar detrás de la escena, aunque sea una persona pública. Yo trabajé mucho en su campaña porque creo en el tipo de hombre y de líder que es. Es un ganador y eso se ve todos los días. ¿Si también yo lo soy? Espero que sí. Mi padre ha sido y es un modelo de inspiración increíble. La economía de EE.UU está mejor que nunca: la bolsa tuvo 72 récords consecutivos y hace sólo un año que gobierna. Los recortes monumentales de impuestos; las desregulaciones para que las empresas regresen a EE.UU; el combate al terrorismo, que hizo disminuir de 44.000 los miembros de ISIS en el país a 1000 miembros y tantos otros logros muestran que, desde su posición, ha hecho un trabajo increíble. El país es más rico, tiene la más baja tasa de desempleo de la historia, trillones de dólares se volcaron a la economía y los planes de retiro (401 K) están por las nubes. El hombre ha hecho un trabajo extraordinario. Estoy muy orgulloso de él.

-Mencionó solo una diferencia

-Soy más reservado. Creo que tengo muchas más similitudes que diferencias. Él es un tipo divertido, ama la vida, reírse, trabaja incansablemente y es uno de los mejores constructores del mundo. Creo que al final de su vida querrá ser reconocido como un constructor increíble. Quizás la gran diferencia sea que yo ahora no tengo ninguna aspiración política. Ése puede ser un mundo muy desagradable. Aunque nunca digo nunca a nada. Pero yo amo los ladrillos, el concreto y crear algo que es hermoso y que trascenderá. Eso es reconfortante. Hoy mis prioridades son otras: tengo que ocuparme de mi compañía, tengo un hijo hermoso (Luke, de 4 meses), una esposa increíble, trabajo y viajo muchísimo y vivo mi vida muy intensamente.

Eric Trump durante la entrevista con LA NACION
Eric Trump durante la entrevista con LA NACION. Foto: LA NACION / Santiago Hafford / Enviado especial a Punta del este

-¿Cuán lejos cree que va a llegar la investigación del russiagate?

-No irá a ningún lado. Es un completo fraude, un chiste, una excusa de un partido que gastó siete veces más de lo que gastamos nosotros y perdió una elección. No hay, ni hubo nunca nada ahí. Es una completa pérdida de tiempo y dinero. Mi padre ganó la elección porque tenía un mensaje, trabajó más, fue mejor candidato, el más convincente y al final, la gente sabía que haría un mejor trabajo. Mi país y el mundo lo han visto.

-¿Qué opina del relato del ex estratega de su padre, Stephen Bannon, que entre otras cosas en un libro (Fire and Fury: Inside the Trump White House, «Fuego y furia: dentro de la Casa Blanca de Trump») habla de «menosprecio y maltrato» de su padre hacia ustedes, sus hijos?

-No tengo comentarios sobre él, no vale mi tiempo. Mi padre ganó la elección por él mismo y no creo que Steve tenga nada malo que decir acerca de mí.

-¿De qué manera la elección política de su padre impactó en su vida personal?

-Hay una diferencia. A mí no me asocian con el gobierno, pero a parte de mi familia sí. Y uno sabe que deben lidiar con los temas más complejos del mundo y que están empoderando el cambio. La política es muy divisiva y la gente puede ser muy emocional y apasionada. Y eso no es sólo en EE.UU, también en el resto del mundo. La política es dura y agrega elementos diferentes a tu vida personal.

-¿Como cuáles?

-Tengo una «armadura» resistente, nuestros negocios han sido siempre exitosos y me apoyo en mi familia. Sería mucho más difícil si fuera más joven. Muchas veces lo siento por mi hermano Barron (de 11 años), que vive en la Casa Blanca. Es duro pasar tu niñez cuando estás en el ojo público y todavía no has madurado. Pero es una experiencia de aprendizaje para todos nosotros y algo que le toca a muy poca gente. Pero también es asombroso porque al final del día ves todo lo bueno que se ha hecho, la cantidad de riqueza y de seguridad que se ha construido, entre muchos otros cambios positivos. Todo vale la pena al final. En mi caso, la exposición la manejo de forma holística: uno puede tomar distancia y ver las diferencias entre ruido y realidad. Un ejemplo fue la durísima pelea para recortar impuestos en EE.UU, que pasó, pero fue muy resistida. Ahora cientos de miles de personas tendrán más dinero para invertir en sus hijos, en educación, en su futuro. Ayuda un montón poder observar la vida cotidiana en perspectiva y por eso estoy muy orgulloso de mi familia y espero que ellos lo estén de mí, con mi manejo de la compañía.

-¿Por qué consideró el franchising de su marca como algo más atractivo que una inversión directa en la región, cuando no existían impedimentos?

-El real estate es un negocio y un arte muy local. No porque uno pueda construir los mejores edificios en Miami, New York, Las Vegas, Chicago, significa que uno lo pueda hacer en Punta del Este. Uno no conoce las leyes, regulaciones, el idioma, la cultura. El mejor modelo es asociarse a los mejores, trabajar y colaborar con ellos. Y eso es lo que estamos haciendo. Así se combina una marca internacional de gran expertise en rascacielos, con la eficiencia y excelencia de los constructores locales que cumplen con los tiempos.

-¿Si tuviera que invertir en Argentina qué variables observaría?

-Creo que Sudamérica en general es un lugar correcto para invertir y desde hace años es uno de los más grandes socios comerciales de los EE.UU. Ese vínculo es increíble y abre muy buenas oportunidades. Una de las razones por las que estamos acá es porque supimos aprovechar esa oportunidad. Vimos un espacio en el mercado para construir algo de excelencia por lo que la gente está dispuesta a pagar. La gente está deseosa de pagar por estilo, calidad de vida y belleza. Somos una prueba de ello. Y todo eso también es aplicable a la Argentina. Esta parte del mundo está en auge. Y se habla mucho de eso afuera.

Eric Trump durante la entrevista con LA NACION
Eric Trump durante la entrevista con LA NACION. Foto: LA NACION / Diego Lima / Enviado especial a Punta del este

-Hubo expectativa por una Trump Tower en Argentina. ¿Eso nunca sucederá?

-Estuvimos muy cerca. Pero prometo que estaremos en la Argentina. Es un país que amo y en el cual estuve muchas, muchas veces. La gente, la cultura, el arte, la comida, los vinos, todo es asombroso. Argentina es un país asombroso. Volveremos allí, construiremos algo increíble y haremos realmente algo maravilloso allí. Lo prometo. Amo esta parte del mundo. Aunque habrá que esperar 8 años.

-¿Qué impacto en términos de comerciales tienen sus visitas aquí?

-Una muy grande porque yo me involucro mucho con la marca. He invertido mucho tiempo en este edificio: en el diseño exterior, dibujando cada interior de las unidades, supervisando las terminaciones. Me involucré en cada aspecto y cuando vengo cada año, mis equipos y yo supervisamos la estructura para asegurarnos que cada cosa es absolutamente la mejor. Nadie ha invertido más tiempo aquí, atendiendo hasta los detalles más pequeños. Eso prueba un monitoreo constante. Tuvimos una fiesta de 600 personas ayer. El darles la mano a muchos de ellos, ver su entusiasmo porque compraron tres años atrás y sus unidades duplicaron su valor, interactuar con ellos, que vean mi involucramiento aquí, hace la gran diferencia.

FUENTE: La Nación