Dos quintas partes de las plantas del mundo están en riesgo de extinción, según el último informo del Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido). Entre esas especies se incluyen 723 que se usan por los humanos como medicina.
Son 140.000 tipos, un 39,4 % del total, las que ya están en peligro. Esto indica un aumento importante en relación al 21% estimado en 2016, de acuerdo a la organización.
En su informe anual sobre Estado Actual de Plantas y Hongos, 210 científicos de 42 países diferentes se encargan de registrar las especies en peligro de extinción. La mayor amenaza es la deforestación de hábitats naturales, como transformar selvas en espacios para la agricultura.
Los expertos consideran que están perdiendo «la carrera contrarreloj» para encontrar y salvar especies nuevas antes de que desaparezcan, según el informe. Por ahora, el mejor curso de acción es «acelerar» las evaluaciones de riesgo, algo que podría lograrse con inteligencia artificial. Así se podrían proteger áreas claves y conservarse las especies.
«Muchas de ellas podrían contener pistas importantes para resolver muchos de los desafíos urgentes de la medicina y quizás incluso algunas de las pandemias emergentes o actuales», subrayó el profesor Alexandre Antonelli, director de ciencia del Real Jardín Botánico de Kew.
En el marco del estudio, se evaluaron 5.411 plantas medicinales, 723 se encuentran en peligro. En cuando a los hongos, únicamente seis fueron evaluados como medicinales, uno de ellos está al borde de la extinción.
El texto también destaca que se ve amenazada la seguridad alimentaria. Actualmente, sólo 15 plantas proporcionan el 90 por ciento de la ingesta energética alimentaria de la humanidad. Cuatro mil millones de personas dependen de tres cultivos: arroz, maíz y trigo. «Miles de especies de plantas subutilizadas y desatendidas son el sustento de millones de personas en la Tierra», señaló el coautor, el Dr. Stefano Padulosi, de Bioversity International citado por Daily Mail.
Por último, el informe revela que hay 7.039 plantas comestibles que tienen potencial como alimentos. Éstas podrían servir para lidiar con millones de personas desnutridas en todo el mundo y son «lo suficientemente robustas para un clima cambiante».